A la calle en defensa de Mumia

Hablan los arrestados

Obrero Revolucionario #1133, 6 de enero, 2002, en rwor.org

"ˇQué locura! La policía golpeó a lo loco. Se lanzaron al ataque contra todo y todos. Me quedé atónita. He vivido 14 años en Filadelfia y tengo unos siete años de participar en protestas por Mumia, pero es la primera vez que he visto algo así... No me van a silenciar, porque al estar ahí yo estaba haciendo lo correcto".

Joven arrestada en Filadelfia
el 8 de diciembre, 2001

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El 8 de diciembre, un grupo de más de 600 personas de diversas nacionalidades y puntos de vista realizaron una protesta contra los 20 años de encarcelamiento del preso político Mumia Abu-Jamal. Hicieron un mitin frente al palacio municipal y luego salieron marchando a la esquina de la 13 y Locust, el lugar del incidente que llevó a la condena injusta de Mumia. Cuando se reanudó la marcha, la policía les arrojó encima con saña y sin provocación.

La policía golpeó y roció con químicos a montones de personas. Tiró al suelo a un manifestante y le apuntó una pistola a la cabeza. Otros manifestantes, indignados, los rodearon y al ver que el agente tenía una pistola, les gritaron: "ˇSuéltenlo!" "ˇVergüenza!" y "El mundo entero está mirando". La policía los atacó. Los manifestantes no se amilanaron y escudaron a los demás para protegerlos.

La policía arrestó a ocho personas. A seis las acusó de amotinarse, de agresión, conspiración y otros "delitos" (véase el OR #1132). Les pusieron fianzas hasta $80.000 dólares. Esa cantidad se recaudó en unos días y todos salieron de la cárcel.

Un arrestado le dijo al OR: "Lo que pasó es un reflejo del ambiente represivo en que vivimos. Al gobernador de Pensilvania lo seleccionaron para ser director de Seguridad de la Patria y, żno se han fijado en las nuevas leyes a raíz del 11 de septiembre? Creo que [la policía de Filadelfia] dijo que llegó el momento de hacer lo que hay que hacer, lo que querían hacer desde antes pero que no se les permitía. Tenían luz verde. Querían asustarnos y sembrar pánico para frenarnos, pero el efecto fue opuesto".

Otro arrestado, un joven activista del movimiento contra la globalización, nos dijo: "Siempre decimos que vivimos en un estado policial y que todo iba a cambiar a raíz del 11 de septiembre, pero esto realmente me despertó. Tuve que confrontar la realidad y eso me hizo pensar en muchas cuestiones... los proyectos de ley que están aprobando la Cámara de Representantes y el Senado, completan la supresión de los derechos civiles. Todo se hace con el pretexto del incidente del 11 de septiembre y de `parar el terrorismo'. No me sorprendería si a los que protestan se les llegara a considerar terroristas dignos de ataque automático de la policía u otra organización opresiva".

Cara a cara con la brutalidad de la policía de Filadelfia

Mumia ha alzado la voz contra la brutalidad policial desde su juventud en el Partido Pantera Negra, durante los ataques contra la Organización MOVE y en el pabellón de la muerte. Ese es un factor que motiva las ansias del gobierno de ejecutarlo. En la cárcel, los arrestados vieron personalmente por qué la policía de Filadelfia tiene fama por su brutalidad.

Una joven relató: "Estaba esposada. Me pegaron en la cara y me gritaban. El sacerdote budista [otro arrestado], en cuanto entró en el vagón policial les dijo que tenía problemas cardíacos. Luego, se puso a gemir y perdió el conocimiento. Golpeamos los costados y el piso del vagón y gritamos que viniera un paramédico. Pasaron 10 minutos sin que la policía respondiera. Los agentes se reían y golpeaban el vagón, pero no quisieron abrir la puerta.

"Me esposaron y eso me dio moretones en la muñeca. Tenía la muñeca tan hinchada que no podían esposarme de nuevo. Me dijeron que si quería heridas en las muñecas, podían llevarme atrás y hacerme daño".

Una joven nos dijo: "Me sorprendió la brutalidad. Encierran a las presas y ahí las golpean con saña. Conocí a una presa golpeada por la policía y cuando pidió que la llevaran al hospital, la acusaron de agresión. El agente le pegó muy fuerte antes de meterla en la celda. Creo que le descoyuntó la mandíbula. Tenía hinchada la mitad de la cara y le salía sangre por la boca y la nariz. Lloraba y lloraba y pedía que la llevaran al hospital. No recibió ninguna atención médica por 15 horas, hasta que la llevaron ante el juez. Pasar dos días en la cárcel no es nada en comparación con estar encerrado por años a causa de este sistema racista. Yo contaba con una fabulosa red de compañeras que me dieron apoyo".

Para muchos manifestantes, el salvajismo del ataque policial provocó dudas más profundas acerca del sistema... y más determinación de forjar un movimiento capaz de liberar a Mumia.

Un joven comentó: "No habrá quién te defienda en el futuro, si no defiendes a los de hoy. Siempre llega el momento de decir que hasta aquí, cuando hay que movilizar masivamente a la gente contra la opresión. Hay que demostrar que ya no aceptamos ni toleraremos esta situación". Una señora nos dijo: "Hay que hacerle frente al sistema. Porque si [las autoridades] piensan que pueden atacarnos de esa manera, atacarán a toda persona que apoya a Mumia, y posiblemente a Mumia también".

Una asiática arrestada nos dijo: "Me crié en South Philly y he visto cómo la policía golpea a los jóvenes del sur de Asia sin que pudiéramos hacer nada, porque no sabíamos qué hacer, a dónde quejarnos o a quién, debido a barreras culturales y de idioma... Si matan a Mumia, será como si me mataran a mí, a mi voz y a mi comunidad. Mumia ha escrito sobre Wen Ho Lee. Ha escrito sobre la inmigración y en contra de las guerras. Ha condenado la brutalidad policial y muchos abusos. Si lo silencian, silenciarán también la voz de la comunidad asiática... Mumia nos necesita ahora a todos nosotros. Y nosotros también, necesitamos a todos porque eso es lo que requerirá la resistencia al sistema".

Un compañero arrestado elaboró las razones de la importancia de conseguir la libertad de Mumia: "Es un revolucionario y está con los pobres. Representa al Partido Pantera Negra y la voz de los que no tienen voz. Expresa el sufrimiento de un sector de las masas... Toma el lado de los pobres. Por eso lo apreciamos y estimamos muchísimo".


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