A medida que Israel continúa intensificando la horrible masacre genocida en Gaza y desata un frenesí de terror y muerte sobre los palestinos en Cisjordania, las valientes voces de protesta de los ciudadanos palestinos y judíos de Israel se encuentran bajo el feroz ataque de las autoridades y las chusmas linchadoras de fascistas racistas judíos.
Y, en medio de todo esto, un fallo del 8 de noviembre de la Corte Suprema de Israel —promovida y venerada como un pilar institucional de la afirmación de que Israel es un bastión de ilustración— envió un mensaje escalofriante y ominoso al defender las prohibiciones contra las protestas por la masacre israelí en Gaza.
Represión brutal contra los judíos que alzan la voz
Dos incidentes dan una idea del tipo de brutalidad, represión y censura que se están desatando contra una gama muy amplia de disentimiento entre la gente judía en Israel.
El 10 de octubre, una chusma fascista sitió la casa de Yisrael Frey, un activista religioso judío israelí, porque recitó el “Kadish”, una oración judía de duelo por los muertos, en conmemoración de la masacre del pueblo palestino en Gaza. Por un megáfono, los líderes de la chusma frente a su casa pidieron a sus vecinos que lo expulsaran del vecindario, diciendo que era un “asesino”. Mientras los policías se quedaba como observadores, la chusma disparó bengalas y rompió ventanas del edificio e intentó irrumpir en su apartamento. Frey ahora está escondido en Israel. Publicó un video en el que declara que no lo va a silenciar y llamó a sus compañeros judíos en Israel a resistirse al “establecimiento del fascismo”.
A principios de noviembre, la policía israelí atacó brutalmente a judíos ortodoxos que protestaban por la masacre genocida israelí en Gaza. Ocurrió en el barrio de Mea Shearim en Jerusalén, que tiene una gran comunidad judía antisionista. El ataque policial fue en respuesta a que muchos residentes judíos de la comunidad enarbolaban banderas palestinas1.
Los ciudadanos no judíos de Israel viven bajo un reino de terror: encarcelados por publicar el número de niños palestinos asesinados
Los palestinos y otros pueblos árabes no judíos dentro de Israel son ciudadanos de segunda clase o, para decirlo más correctamente, gente oprimida. Pueden votar, pero sus representantes electos son expulsados del parlamento de Israel si hablan en contra del sionismo. Están sujetos a segregación, discriminación en todos los ámbitos, brutalidad policial y persecución, legal o de otro tipo. A medida que aumenta la matanza en Gaza, muchos se han sentido obligados a arriesgarse a alzar la voz. Cuando lo hacen, son atacados por la policía israelí, las autoridades locales y los despiadados vigilantes judíos.
Los sionistas inundan las redes sociales israelíes con llamamientos incendiarios pidiendo matar a todos los árabes, pero los ciudadanos palestinos de Israel que publican mensajes empáticos de solidaridad con las víctimas de la matanza genocida en Gaza sufren allanamientos en sus hogares y son aterrorizados y detenidos por la policía.
Las autoridades detuvieron a una artista y activista de las redes sociales de un enclave de ciudades árabes en Israel mientras estaba amamantando. ¿Su delito? La publicación en las redes sociales de una fotografía de grafiti que decía: “El corazón está con Gaza”, y de una publicación que mostraba el número de niños asesinados en Gaza hasta esa fecha. Después de informar sobre una docena de incidentes de este tipo en todo Israel por parte de las autoridades contra ciudadanos palestinos israelíes, Haaretz resumió: “Todo lo que se necesita para involucrar a la policía israelí es una expresión de apoyo a los residentes de Gaza o comparar las muertes en ambos lados de la frontera”.
Poco después del 7 de octubre, en un suburbio de la ciudad más grande (y más liberal) de Israel, Tel Aviv, el alcalde cerró obras de construcción en la ciudad para mantener alejados a los trabajadores palestinos. En otra ciudad israelí, a las mujeres palestinas de la limpieza no se les permitió trabajar en sus puestos de trabajo en las escuelas hasta que se llegara a un acuerdo por el que no tendrían contacto con los alumnos. Un funcionario de un sindicato de conductores de autobuses dijo que los conductores no judíos tenían “miedo de presentarse en sus lugares de trabajo” y “miedo de amenazas físicas a sus vidas”. Informó que en algunas terminales la mitad de los conductores no se presentaron al trabajo. Los ciudadanos palestinos de Israel constituyen un gran porcentaje de los profesionales médicos activos (en parte porque los profesionales médicos judíos están adscritos al ejército). Ya que atienden a judíos y palestinos por igual, informan haber sido objeto de insultos racistas y amenazas en el trabajo.
En una escena que evocaba los ataques a los que fueron sometidos los judíos por los nazis en Alemania, una chusma de linchadores compuesta de cientos de judíos racistas rodeó e invadió los dormitorios que albergaban a estudiantes palestinos en el Netanya Academic College, una universidad privada al norte de Tel Aviv. Coreaban: “Muerte a los árabes” mientras arrasaban los dormitorios. En lugar de pararlos, la policía los guio. Y en lugar de investigar y expulsar a los estudiantes que participaron en el asalto, la policía emitió un comunicado diciendo que cualquier estudiante “que se exprese de una manera que apoye explícita o implícitamente al terrorismo o a los enemigos de Israel o llame, explícita o implícitamente, a la violencia o al odio contra residentes inocentes — será inmediatamente suspendido de los estudios en espera de una investigación disciplinaria”. La alcaldesa de la ciudad exige que la escuela cierre el dormitorio y ponga las viviendas a disposición de los judíos israelíes que están siendo evacuados de zonas cercanas a Gaza.
Medidas amenazadoras para suprimir el reportaje
El 15 de octubre, Haaretz informó que “el ministro de Comunicaciones de Israel, Karhi, está promoviendo regulaciones que le permitirían ordenar a la policía arrestar a civiles, expulsarlos de sus hogares o confiscar sus propiedades si cree que han difundido información que podría dañar la moral nacional o servir como base para la propaganda enemiga”.
En algunos medios de comunicación se da a entender que este edicto tiene como objetivo las operaciones de Al Jazeera en Israel. Eso eliminaría una importante fuente de información sobre lo que Israel está haciendo en Gaza, Cisjordania y dentro de Israel. Pero estas regulaciones irán incluso más allá de eso. Como señaló Haaretz: “aplicarán tanto al público en general como a los medios de comunicación, así como a los medios locales y extranjeros... También aplicarán a la publicación de declaraciones objetivamente correctas, a discreción del ministro”.
Esto es extremadamente siniestro y podría encubrir aún más la escalada del genocidio contra los palestinos en Gaza, Cisjordania y dentro de Israel bajo una censura mediática.