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Actualizado

► REVOLUCIÓN Número Uno: 
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► REVOLUCIÓN Número Dos: 
Les habla de nuevo — abordando más a fondo por qué necesitamos una revolución... Empezando con la gran pregunta: ¿Cuándo ha sido Estados Unidos un “país con grandeza”?
► REVOLUCIÓN Número Tres: 
A aquellos de ustedes que no temen a la verdad... Bob Avakian vuelve a abordar más a fondo por qué necesitamos una revolución
► REVOLUCIÓN Número Cuatro: 
“… ¿Por qué debería preocuparme por cosas como Palestina? Aquí mismo ya tenemos suficientes problemas”.
► REVOLUCIÓN Número Cinco: 
“Israel y Palestina: Qué terrible giro irónico de la historia”
► REVOLUCIÓN Número Seis: 
En respuesta a los argumentos… que tratan de “justificar” la matanza genocida de los palestinos
► REVOLUCIÓN Número Siete:
“Por qué Estados Unidos está respaldando… la matanza genocida israelí del pueblo palestino”
► REVOLUCIÓN Número Ocho: 
Una revolución podría ocurrir: aquí mismo, en estos tiempos
► REVOLUCIÓN Número Nueve:
Las tres condiciones básicas para una revolución
Nota de última hora
Un mensaje especial: 
¡AL CARAJO Snoop Dogg!
► REVOLUCIÓN Número Diez:
Sí, podría triunfar una revolución para derrocar este sistema 
► REVOLUCIÓN Número Once:
Las elecciones de 2024, la profundización de una crisis, la posibilidad para una revolución
► REVOLUCIÓN Número Doce: 
La locura — y dejando atrás toda esta locura.
► REVOLUCIÓN Número Trece: 
El Super Bowl [Super Tazón] — y las maneras requete malas de pensar y de actuar, que causan daños concretos.
► REVOLUCIÓN Número Catorce:
¿Qué en realidad tiene la culpa de la muerte de las mujeres y sus hijitos al tratar de cruzar la frontera hacia Estados Unidos?
► ¡Romper las cadenas — Desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución! Un mensaje especial
► REVOLUCIÓN Número Quince: 
ESTADOS UNIDOS: Verdaderamente un modelo de GENOCIDIO RACISTA DEPRAVADO.
► REVOLUCIÓN Número Dieciséis:
Cuentos de hadas y monstruos de verdad: Estados Unidos, el mito — y Estados Unidos, la realidad
► REVOLUCIÓN Número Diecisiete:
El excepcionalismo estadounidense: Seguir poniendo al descubierto la realidad detrás del mito
► REVOLUCIÓN Número Dieciocho:
Estados Unidos — ¿avanza hacia “una unión más perfecta”?
► REVOLUCIÓN Número Diecinueve:
Sí, ¡un mundo radicalmente diferente y mucho mejor realmente es posible!
► REVOLUCIÓN Número Veinte:
Haití — sufrimientos horribles, otros crímenes horrorosos a manos del imperialismo estadounidense
► REVOLUCIÓN Número Veintiuno: 
No existe tal cosa como la “naturaleza humana”.
► REVOLUCIÓN Número Veintidos:
La revolución comunista y el cambio radical en la “naturaleza humana” supuestamente inmutable.
► REVOLUCIÓN Número Veintitres:
La verdad es... la verdad.
► REVOLUCIÓN Número Veinticuantro:
¿Es Estados Unidos un país racista?
► REVOLUCIÓN Número Veinticinco:
Baloncesto de alto nivel, oposición al racismo y otras injusticias... e intolerancia en nombre de la religión — O, ¿en realidad Dawn Staley quiere que se le conozca como “Talibán Dawn”?
► REVOLUCIÓN Número Veintiseis:
El crimen y el racismo antiinmigrante
► REVOLUCIÓN Número Veintisiete:
La lucha por la libertad de expresión, como parte crucial de luchar por poner fin a terribles injusticias y atrocidades — y al sistema que es la fuente de estos ultrajes

REVOLUTON 28: An answer to typically lazy and dishonest “snark”
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REVOLUCIÓN Número Veintisiete:
La lucha por la libertad de expresión, como parte crucial de luchar por poner fin a terribles injusticias y atrocidades — y al sistema que es la fuente de estos ultrajes
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A lo largo de Estados Unidos hoy, avanza una feroz represión contra las personas que protestan contra la matanza genocida del pueblo palestino perpetrada por Israel, con respaldo total de Estados Unidos. Esta represión ha afectado especialmente a las universidades y, en particular, a las universidades de élite — planteles de la “Ivy League” (como Columbia y Harvard), la Universidad de California y muchos otros: han estado hostigando a los estudiantes y amenazando a su futuro empleo por participar en protestas contra este genocidio; han cancelado programas y discursos que iban a presentar a personas con posiciones pro Palestina y antigenocidio; los administradores universitarios han estado imponiendo severas restricciones a las protestas, proscribiendo las organizaciones de protesta, mandando acudir a la policía para arrestar y brutalizar a los estudiantes que protestan, expulsando o suspendiendo a los estudiantes, echándolos de las residencias estudiantiles... y así sucesivamente.

Una de las formas en que “se justifica” esta represión es decir de manera deshonesta y anticientífica que la oposición al genocidio el cual está llevando a cabo Israel —o la oposición al estado de Israel y su opresión tipo apartheid al pueblo palestino en general— es igual que el odioso prejuicio contra las personas judías (antisemitismo). Esta mentira suele estar acompañada del argumento de que criticar y protestar contra Israel y sus acciones hace que las personas judías se sientan incómodas (o amenazadas) y, por lo tanto, hay que prohibir y suprimir estas críticas y protestas.

En primer lugar, hay muchos judíos —incluidas organizaciones judías en las universidades— que están desempeñando un papel importante en la oposición al genocidio que Israel está llevando a cabo contra el pueblo palestino. Si la oposición a Israel y a sus acciones genocidas incomoda a algunos judíos, pues éstos necesitan examinar por qué les incomoda. Toda persona decente que está por la justicia no sólo debería “incomodarse” sino también indignarse por lo que Israel está haciendo.

Y se tiene este hecho esencial: se supone que la expresión de las ideas, en discursos y escritos —y, sí, en protestas— es un “principio sagrado” de la academia, ¡incluso cuando la expresión de esas ideas incomoda a algunas personas! Suprimir discursos y protestas porque incomodan a algunas personas es una violación flagrante, y se burla, de la supuesta “libertad académica” y del derecho a la “libertad de expresión”.

Esto nos lleva a la verdadera razón por la cual están reprimiendo despiadadamente estas expresiones y protestas, en general y particularmente en los campus universitarios. Como dije anteriormente (en el mensaje Número Diecisiete) esta represión está ocurriendo ahora:

Debido a que están en juego los intereses fundamentales del capitalismo-imperialismo estadounidense. Debido a que Israel desempeña un “papel especial” de bastión de apoyo fuertemente armado para el imperialismo estadounidense en una parte estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la perpetración de atrocidades, algo que ha contribuido a mantener el dominio opresivo del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo.

Además, esta represión está ocurriendo debido a que los representantes de la clase dominante estadounidense reconocen claramente que si los jóvenes, especialmente en las universidades de “élite”, empezaran a cuestionar con seriedad y a actuar en contra de lo que este sistema está haciendo —si el sistema “perdiera la lealtad” de grandes números de estos estudiantes—, eso podría ser un factor importante en la creación de una verdadera crisis para el sistema en su conjunto, como lo que ocurrió en los años 1960: una crisis, ahora más que nunca, que en realidad este sistema no puede darse el lujo de permitir, en un momento en que profundas divisiones ya están desgarrando al país entero, con choques agudos ahí mero entre las fuerzas gobernantes. Por lo tanto, al mismo tiempo que los poderes gobernantes en Estados Unidos están fuertemente divididos, están firmemente unidos en su determinación de castigar e intimidar especialmente a los estudiantes de las universidades de élite los que se han pasado al frente para protestar contra la masacre genocida de los palestinos. La clase dominante desesperadamente quiere impedir que una oposición a sus intereses fundamentales se extienda y active a masas de personas, de todas partes de la sociedad.

Y:

Todo esto revela, más “manifiestamente” que en “situaciones normales”, la dictadura concreta detrás del cascarón externo de la “democracia” en Estados Unidos — y arroja una luz sobre la debilidad estratégica de este sistema, cuando sí llegue a perder la lealtad de importantes sectores de la población y esto conlleve el potencial de propagarse a todas partes de la sociedad, incluso entre las instituciones dominantes de este sistema.

Todo esto nos hace recordar al Movimiento Pro Libertad de Expresión (FSM) en la Universidad de California-Berkeley, allá por 1964. Hace ya sesenta años, los estudiantes de Berkeley tuvimos que emprender una protesta masiva para ganar el derecho a llevar a cabo y organizar acciones contra las injusticias en la sociedad en general, en particular la discriminación racial. Ese Movimiento Pro Libertad de Expresión también jugó un papel importante en el desarrollo de protestas masivas, en los campus universitarios y en todo el país, contra otras monumentales injusticias y crímenes contra la humanidad, en particular la guerra genocida que Estados Unidos estaba librando en ese entonces contra el pueblo de Vietnam — en la que Estados Unidos masacró a varios millones de civiles vietnamitas antes de por fin ser obligado a retirarse de Vietnam, derrotado.

Como alguien que participó en el FSM y otras protestas y rebeliones importantes allá por los años 1960, puedo decir que fue tremendamente inspirador ser parte de algo en que grandes cantidades de personas estaban motivadas, no por estrechos intereses personales, sino por la lucha por un mundo más justo y mucho mejor. Me encantó ser parte de todo eso — y los principios y el espíritu de esos años han seguido siendo una inspiración y guías cruciales para mí a medida que me convertí en revolucionario y en comunista, y he trabajado, desde ese entonces, para desarrollar el comunismo sobre una base aún más consecuentemente emancipadora así como científica. Esos principios y ese espíritu, remontándonos al FSM, son elementos cruciales del nuevo comunismo que ha resultado de este trabajo, y están integrados por escrito y recorren toda la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de mi autoría.

Ahora, una vez más, existe una gran necesidad de construir, en cantidades cada vez más grandes y dimensiones más poderosas, protestas en oposición a una guerra genocida —en esta ocasión en oposición a la guerra en contra del pueblo de Palestina— y otras profundas injusticias; y, como parte clave de eso, existe una necesidad crucial de oponernos masivamente, y derrotar, los intentos de las autoridades gobernantes, en los campus universitarios y en todo el país, de suprimir estas protestas y castigar despiadadamente a aquellos que las llevan a cabo.

Y además el hecho de que, a sesenta años del Movimiento Pro Libertad de Expresión original, en la Universidad de California-Berkeley, vuelva a ser necesario este tipo de oposición masiva a la despiadada represión a las personas que protestan contra las profundas injusticias y horrorosas atrocidades genocidas — ¡lo que pone agudamente de relieve el hecho de que existe una necesidad aún más fundamental para una revolución para abolir por fin todo este sistema del capitalismo-imperialismo, su dictadura represiva concreta sobre la población en Estados Unidos, y sus masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en todo el mundo!

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REVOLUCIÓN Número Veintiseis:
El crimen y el racismo antiinmigrante
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¿Has notado que cuando un llamado “inmigrante ilegal” comete un crimen violento —o simplemente se le acusa de cometer un crimen violento—, los fascistas racistas, odia-mujeres, anti-LGBT, anticientíficos en el Partido Republicano, se vuelven histéricos al respecto? Tratan de hacerle creer a la gente que los inmigrantes —en particular los inmigrantes que provienen de países a los que Trump ha calificado de “pozos de mierda” (países no europeos)— sean una bola de violadores, traficantes de drogas y asesinos. Esto forma parte de toda la histeria racista la que estos fascistas trabajan para azuzar contra los inmigrantes.

El hecho es que la inmensa mayoría de los inmigrantes —documentados e indocumentados— no cometen crímenes violentos, u otros crímenes graves. La gran mayoría de los inmigrantes simplemente tratan de sobrevivir y mantener a la familia. Y aquí va otro hecho: Cada año, personas blancas nacidas en Estados Unidos cometen muchísimos crímenes violentos. No obstante, no se oye que estos fascistas vienen exigiendo que metan a todos los blancos en la cárcel, o que los expulsen del país.

Y eso, ¿a qué se debería, pues?

¿Por qué estos fascistas propagan tan agresivamente esa histeria racista antiinmigrante — y por qué una persona decente se dejaría manipular por esto? ¿Quién es, y qué es, verdaderamente responsable por la terrible situación la que las personas enfrentan hoy día? Una pista: No son los inmigrantes. Es el sistema, la clase dominante de este sistema, y los políticos de ambos partidos políticos de la clase dominante, tanto el Demócrata como el Republicano.

Si bien no emplea el mismo lenguaje descaradamente racista como lo hacen los fascistas, el presidente del Partido Demócrata, el Genocida Joe Biden, ha deportado y expulsado a más inmigrantes que ningún otro presidente, y se ha comprometido a cerrar la frontera, y en esencia eliminar el asilo para las personas que enfrentan la persecución en sus países de origen.

En mensajes anteriores he abordado algunos —y tan sólo algunos— de los crímenes monstruosos que Estados Unidos ha cometido a lo largo de su historia, y en el Número Catorce señalé esta crucial realidad detrás del hecho de que tantos inmigrantes están tratando de entrar en Estados Unidos, y lo que les pasa a tantos de ellos:

Es el sistema capitalista-imperialista, y sobre todo Estados Unidos, que ha arruinado la vida de masas de personas en México, Centroamérica, y muchos otros lugares, al obligar a enormes números de personas a migrar en condiciones ya desesperadas, y luego al montar barreras peligrosas capaces de matarlas por el “crimen” de tratar de entrar en el mismísimo país (ese Estados Unidos tan cacareado) ¡que las ha impulsado a una situación desesperada en primer lugar!

Al ver la realidad de todo esto, y la manera en que constituye parte de las atrocidades continuas las que han venido cometiendo los gobernantes de Estados Unidos desde sus inicios y hasta el día de hoy: ¿Cómo una persona decente podría conformarse con esta histeria antiinmigrante racista? ¿Cómo una persona decente podría apoyar a los republicanos o a los demócratas — siendo ambos partidos unos instrumentos del sistema monstruoso del capitalismo-imperialismo? ¿Cómo una persona decente podría defender este sistema y negar que necesitamos una revolución para derrocar este sistema?

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REVOLUCIÓN Número Veinticinco:
Baloncesto de alto nivel, oposición al racismo y otras injusticias... e intolerancia en nombre de la religión — O, ¿en realidad Dawn Staley quiere que se le conozca como “Talibán Dawn”?
Léalo en español

Los campeonatos de baloncesto universitario masculino y femenino (NCAA) acaban de concluir.

El campeonato masculino lo ganó, por segundo año consecutivo, la Universidad de Connecticut (UConn).

De mayor interés —principalmente por razones positivas, pero desgraciadamente también negativas— es el campeonato femenino, que ganó Carolina del Sur, cerrando una temporada invicta con una victoria sobre Iowa y su jugadora superestrella, Caitlin Clark, en el partido de la final del campeonato.

(En un artículo de dos partes en revcom.us, analizo lo que hace de Clark una jugadora de baloncesto tan sobresaliente, así como algunas cuestiones grandes y controvertidas que han surgido en la evaluación de su juego — incluido el hecho de que Clark, que es blanca, es una superestrella en un deporte identificado y dominado por las personas negras, en términos de quiénes juegan y sobresalen en el juego. Insto no sólo a los aficionados del baloncesto sino a todos los que se preocupan por el arte y la belleza —y por la justicia— a ir a revcom.us y leer ese artículo.)

En este mensaje, me centraré en la entrenadora del equipo femenino de Carolina del Sur, Dawn Staley, una ex jugadora estelar de baloncesto que ha ganado premios dos años seguidos como entrenadora del año de baloncesto universitario femenino. Después del partido de campeonato, Staley aprovechó la ocasión para hacer una generosa declaración de agradecimiento a Caitlin Clark y a la forma en que ha elevado el baloncesto femenino. Y Staley ha expresado algunas buenas posiciones contra el racismo y otras injusticias.

Pero también es cierto que Staley, que adhiere a una especie de cristianismo fanático, ha abusado de su posición como representante de una universidad pública (la Universidad de Carolina del Sur) para promover agresivamente esas creencias religiosas, e incluso para atacar a personas que no comparten esas creencias. Así que, si bien hay que defender firmemente a Staley contra los ataques de los racistas y otros intolerantes debido a las buenas posiciones que ha expresado, es necesario denunciar agudamente a sus propias violaciones de principios importantes y a su propia forma de intolerancia.

Como lo establece la Constitución de los Estados Unidos, se supone que existe una “separación entre la iglesia y el estado”. Esto significa que las instituciones del gobierno, incluidas las instituciones públicas como la Universidad de Carolina del Sur, no deben utilizarse para promover la religión. Las personas que representan a estas instituciones quizá tengan, o no tengan, creencias religiosas personales, pero nadie debería utilizar la plataforma de estas instituciones para promover su religión particular, o la religión en general. No obstante, eso es exactamente lo que Staley ha estado haciendo.

Hace poco, en relación con el reciente torneo de la NCAA, Staley ha expresado repetidamente la ridícula noción de que ¡algún supuesto dios realmente se preocupa por que las mujeres de Carolina del Sur ganen el campeonato de baloncesto, y de que dicho dios ha estado involucrado en ese proceso de ganar (según Staley, esta victoria de Carolina del Sur, después de su derrota ante Iowa en 2023, se trata del desarrollo de la “voluntad” y el “plan” de este dios)!

¿Qué pasa si, por casualidad, eres uno de los equipos con los que Carolina del Sur jugó? ¿Significa que este supuesto “dios” está en tu contra — y que si intentas vencer a Carolina del Sur, estás violando la “voluntad” y el “plan” de este “dios”? Este es un campeonato de baloncesto — ¡no se le debería convertir en una especie de cruzada sagrada!

Pero eso todavía no es lo peor: Staley ha ido al extremo de proclamar, por televisión nacional, que si no crees en dios, algo está mal contigo. Para empezar, ¿qué pasa si eres un estudiante en la Universidad —u otras personas que ven la televisión nacional— y tienes una religión diferente, o ninguna religión? ¿Cómo te hará sentir esto? Y el problema —el efecto negativo— es aún más grande que eso.

En respuesta a esta escandalosa afirmación de Staley, la respuesta es que no tiene nada de malo en absoluto —de hecho, tiene algo muy positivo, e importante— basarse en la negativa, con fundamentación científica, a creer en cosas que no existen, inclusive un dios, o dioses imaginarios, cuya existencia fue inventada por seres humanos, mientras que el culto a estos seres inexistentes pero supuestamente divinos lo han promovido clases dominantes opresivas e instituciones gobernantes a lo largo de los siglos — y todavía el día de hoy, porque puede impedir que las personas lleguen a comprender, científicamente, los motivos concretos por los que se encuentran en la terrible situación en la que se encuentran, y lo que se puede hacer al respecto, aquí mismo en este mundo real, levantándose contra este sistema y derrocando este sistema el que es la causa de esta terrible situación.

Llama la atención que, en la medida que es posible conocer, nadie en una posición oficial le haya indicado a Staley que es inaceptable que ella utilice su plataforma como representante de una universidad pública a fin de promover su religión — y además atacar a las personas que no comparten esa religión. Pero, pues, a pesar de lo que está en la Constitución, esto no es muy sorprendente, dado qué tan importante que es para la clase dominante que el pueblo negro y los oprimidos en general estén abrumados por la religión y su tergiversación anticientífica de la realidad, y qué tanto la clase dominante realmente quiere y promueve que las personas negras echen “rollos sobre dios”.

Las buenas posiciones de Staley, en algunos otros ámbitos —o su destreza como entrenadora y ex jugadora— no implican que esté bien ignorar, o disculpar, su uso indebido de su posición como representante de una universidad pública a fin de promover sus creencias religiosas, y el daño causado por su intolerante declaración contra las personas que no comparten esas creencias. Sí, las personas tienen derecho a su religión, pero no está bien —causa un tremendo daño— cuando difundan la intolerancia en nombre de su religión, cualquiera que sea la forma de esa intolerancia. Imagínese si Staley hubiera dicho: si usted se es asiático o latino, algo está mal con usted. O judío... o musulmán... y así sucesivamente.

Y el hecho de que Staley es negra no implica que lo que dijo sea menos escandaloso, repugnante y peligroso. Se han cometido muchos crímenes horrendos en nombre de la religión, no sólo a manos de europeos blancos, sino también a manos de personas no blancas en muchas partes del mundo. Un ejemplo flagrante hoy es el del Talibán en Afganistán — cuyo horroroso gobierno fundamentalista islámico, que aterroriza a las masas de personas, se basa en el fanatismo religioso. En realidad ¡¿Staley quiere que se le conozca como “Talibán Dawn”?! Por supuesto, aun con su fanatismo religioso, de tipo cristiano, Staley para nada es culpable de las terribles atrocidades que ha cometido el Talibán — contra aquellos a quienes consideran impíos “infieles”, contra las mujeres y contra el pueblo en general. Y, como he señalado, Staley ha adoptado algunas posiciones positivas sobre cuestiones importantes. Pero la lógica de su intolerancia abiertamente expresada, contra personas que no comparten sus creencias religiosas, puede llevarnos por un camino terrible. Ciertamente, esto no le hace ningún bien al pueblo negro, ni a otros oprimidos — pero sí causa un daño real a la lucha contra la opresión y la injusticia.

Sin embargo, a diferencia del Talibán, para Staley todavía existe una manera de hacer lo correcto al respecto. Las personas que se preocupan por la justicia necesitan decirle, sin tapujos, a Staley:

Sí, usted tiene el derecho a su religión — pero necesita dejar de abusar de su posición como representante de una universidad pública a fin de promover su religión (o la religión en general), algo que usted seguro sabe que de plano está equivocado. Y necesita dejar de lado esta basura intolerante contra las personas que no comparten sus creencias religiosas, hacer que sea consecuente su oposición a la injusticia y la intolerancia, y asumir la magnanimidad intelectual y la generosidad de espíritu que se necesitan de manera crucial en estos tiempos. 

En varias obras —incluidos el libro ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenar la mente y cambiar radicalmente el mundo, el diálogo que sostuve con Cornel West en 2014 y la Entrevista más reciente que concedí en El Show RNL (¡Revolución, y Nada Menos!) en YouTube— he enfatizado la importancia de reconocer el derecho de las personas a la religión y de expresarle respeto, y la necesidad de unirse con las personas cuyas creencias religiosas incluyen posiciones en oposición a la injusticia. Pero, al mismo tiempo, también he dejado en claro el verdadero daño que causa la religión, en general y particularmente al contribuir a mantener al pueblo negro y a otras personas en una situación de terrible opresión. En futuros mensajes volveré a abordar esta cuestión muy importante.

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REVOLUCIÓN Número Veinticuatro:
¿Es Estados Unidos un país racista?
Léalo en español

¿Se supone que se trata de una pregunta seria cuya respuesta está en duda?

En realidad, sólo puede ser una pregunta retórica, cuya respuesta es obvia.

¿Es blanca la nieve? ¿Son verdes los árboles de hoja perenne? ¿Es Estados Unidos un país racista?

Sí, claramente, este es un país racista. Este es un país donde la supremacía blanca se ha vertido en sus cimientos y se ha incorporado a todas las instituciones dominantes.

Después de todo, este es un país cuya Constitución fundacional institucionalizó la esclavización del pueblo negro, que duró casi 100 años después de la fundación del país.

Este es un país en que, durante otros 100 años después de que se puso fin formalmente a la esclavitud mediante la Guerra Civil en la década de 1860, los negros continuaron recibiendo un trato como “ciudadanos de segunda clase” —sometidos a una sistemática segregación y discriminación (“Jim Crow”), consagrada en las leyes y aplicada con un nefando horror por el Ku Klux Klan, las turbas blancas racistas y la policía— especial, pero no solamente, en el Sur de Estados Unidos.

Este es un país en que, aun después de que se declaró que la segregación y la discriminación en las leyes violaban la Constitución, y se aprobaron leyes de derechos civiles, es un hecho, documentado con muchísimos ejemplos, que la discriminación contra los negros (y contra otras personas) continúa en todas las partes de la sociedad, y esta opresión cuenta con el respaldo de la brutalidad y asesinato policial. (El número de negros asesinados por la policía desde 1960 es aún más grande que los miles que fueron linchados durante toda la época de la segregación Jim Crow y el terror del Ku Klux Klan.)

Este es un país donde, al día de hoy, además de blancos racistas que agitan banderas de la Confederación esclavista, hay monumentos oficiales a esa Confederación por todas partes — símbolos flagrantes de la supremacía blanca racista: después de todo, el objetivo fundamental de la Confederación esclavista durante la Guerra Civil fue el de mantener, y de ser posible ampliar, la esclavitud — y resucitar los símbolos de esa Confederación, después de la Guerra Civil, todo lo que fue directa y explícitamente un medio de afirmar la supremacía blanca.

De todo esto se desprende claramente que Estados Unidos es un país racista. La verdadera pregunta es: ¿por qué los políticos de peso, de ambos partidos de la clase dominante (demócratas así como republicanos), niegan este hecho obvio? Este es particularmente cierto en el Partido Republicano abiertamente racista (y en general fascista) y sus políticos dirigentes, incluido Trump, por supuesto. Pero, ¿hay algún político dirigente del Partido Demócrata que diga simple y directamente la verdad de que Estados Unidos es hoy, y siempre ha sido, un país racista?

Y aquí se tienen preguntas cuyas respuestas son muy importantes: ¿Por qué ninguno de estos políticos de la clase dominante reconoce y admite abiertamente —por qué no pueden reconocer y admitir abiertamente— la verdad básica y evidente de que Estados Unidos es hoy, y siempre ha sido, un país racista? Si ellos lo admitieran, ¿qué le pasaría a todo su sistema y a su posición en el mundo?

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REVOLUCIÓN Número Veintitres:
La verdad es... la verdad.
Léalo en español

No existe tal cosa como diferentes “verdades” para diferentes personas. Quizá las personas tengan diferentes experiencias, pero la verdad sobre todo eso es lo mismo para todos. Repito: La verdad es… la verdad.

Y hay que poner en claro que la “experiencia directa” no es, en sí, la base para captar la verdad. La experiencia no es más que el “umbral” de un entendimiento correcto. Especialmente al abordar cualquier cosa más allá de los fenómenos más sencillos, para entender verdaderamente algo, es necesario penetrar más allá del umbral de la experiencia y hacer un análisis y un síntesis científicos: identificar la realidad más amplia de la cual esta experiencia forma parte, y los patrones, y las fuerzas subyacentes impulsoras en juego. Las personas pueden aplicar, y tienen que aplicar, este método científico en un sentido general — no solamente en términos de lo que las personas experimentan directamente, sino con relación a la experiencia humana en un sentido más amplio.

Para dar un ejemplo sencillo, las personas que experimentan una enfermedad pueden tener un sentido definido de las síntomas de esa enfermedad — pero eso no es lo mismo que entender la naturaleza y la causa básicas de esa enfermedad, ni su posible tratamiento, lo que requiere, para repetir, un enfoque científico (y en este caso, especialmente la ciencia de la medicina).

Además, diferentes grupos en la sociedad (a los cuales hoy se refieren comúnmente como “identidades”) tienen experiencias significativas en común, pero no se tiene una sola perspectiva “uniforme” entre ellos sobre su propia experiencia (ni hablar de las cosas en general). Así que, la noción demasiada común de que esta o aquella “identidad” deba decidir sobre las cosas relacionadas con ellas como una “identidad”, ignora el hecho de que existen divisiones al interior de cada “identidad” (diferencias individuales —y, de más importancia, divisiones sociales y de clase— y, de la mano con esto, muchas diferente ideas y perspectivas sobre las cosas); e ignora el hecho decisivo de que, una vez más, la verdad no surge directamente de la experiencia, sino que hay que determinarla científicamente, y la capacidad de hacer esa determinación no se limita a las personas de alguna “identidad” particular.

Para volver a usar un ejemplo sencillo, una doctora que se especializa en el cáncer (pese a lo que es la “identidad” de esa doctor) está mucho mejor posicionada para determinar si algunos pacientes tienen cáncer que los propios pacientes que sufren síntomas de lo que podría ser (o no ser) cáncer.

Esto me lleva al siguiente punto crucial: lo más fundamental en la búsqueda de la verdad sobre las cosas —lo más fundamental en el método y enfoque científico— es entender que la verdad es objetiva. En otras palabras, la realidad es lo que es concretamente — no depende de las ideas, nociones o “interpretaciones”, etcétera, de nadie, y éstas no determinan la realidad. Para ilustrarlo con otro ejemplo sencillo: el sol es lo que es, independiente de lo que piense cualquiera al respecto; y el sol está ahí sin importar el que lo veamos o no en cualquier momento dado (o el que uno lo esté mirando, en cualquier momento dado).

La realidad material objetivamente existente es la norma contra la cual hay que evaluar todas las ideas, etcétera, a fin de determinar si son verdades, o no.

Asimismo, esto es el elemento más fundamental en el comunismo en tanto un enfoque científico de conocer y transformar la realidad en un sentido revolucionario. 

Una vez más, para ir más allá de la superficie de las cosas y captar la realidad más profunda, es necesario analizar y sintetizar lo que se descubre en la realidad objetiva — para identificar los patrones más amplios y las causas subyacentes y las fuerzas impulsoras en los fenómenos. 

Para usar otro ejemplo sencillo: si uno no está familiarizado con el deporte del fútbol americano, al observarlo, quizá se parezca en la superficie a una serie de acciones violentas aleatorias; pero, si lo observa más atentamente con el paso del tiempo, y si escucha a aquellos que conozcan este deporte, pues puede llegar a reconocer los patrones en juego y entender las dinámicas básicas y las “reglas” del juego (lo mismo se aplica en términos básicos a juegos de barajas, o el dominó, o el baile moderno, el ballet y cosas por el estilo).

Y para entender la realidad en el sentido más integral posible, es necesario tomar parte en cambiar activamente la realidad.

Pero, pese a todo lo anterior, todavía se tiene el siguiente hecho: el que las cosas sean la verdad, o no, depende de si constituyen o no constituyen un reflejo esencialmente correcto de la realidad material objetivamente existente, de si corresponden o no corresponden a la realidad material tal como es en concreto.

Cualquier intento de negar o tergiversar estas normas y criterios —por ejemplo, al declarar que la verdad depende de la posición de una persona en la sociedad, de su “identidad”, de su punto de vista “posicional” o de cualquier “interpretación” de la realidad que se derive de su partidismo con un grupo o causa particular— solamente dirigirá a las personas para que se alejen de entender el mundo en realidad y de cambiarlo en un sentido positivo.

Cuando se lleve a cabo este negacionismo o tergiversación en nombre del “comunismo”, eso representa un alejamiento fundamental de su verdadero enfoque científico de conocer y transformar la realidad de una manera revolucionaria, y va a llevar las cosas por caminos muy malos.

Todo esto explica por qué es tan importante insistir en un enfoque científico de conocer y cambiar el mundo de una manera revolucionaria, emancipadora, y luchar ferozmente por dicho enfoque. Por eso le he dedicado tanto énfasis en el desarrollo del nuevo comunismo.

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REVOLUCIÓN Número Veintidos: 
La revolución comunista y el cambio radical en la “naturaleza humana” supuestamente inmutable.
Léalo en español

En mi mensaje anterior (número veintiuno) abordé el hecho de que no existe tal cosa como la “naturaleza humana”. En este mensaje, voy a seguir explicando la manera en que la revolución comunista pondrá fin a toda explotación y opresión — y que, junto con esto, hará posible una forma radicalmente diferente y edificante en que las personas se relacionan.

El comunismo utilizará la tecnología y los recursos en el mundo, y los conocimientos y las habilidades de la gente en el mundo, para el bien común. Esto posibilitará la creación de una abundancia común para todas las personas, lo que eliminará la necesidad de que los individuos luchen simplemente por sobrevivir, y eliminará la necesidad de que las personas se compitan entre sí para conseguir las necesidades básicas de la vida. Sobre esta base, posibilitará una transformación fundamental de lo que ahora se considera la “naturaleza humana”.

¿Cómo es posible esto? Como enfaticé en el mensaje número diecinueve:

Con todo el horror muy real que esto ha implicado, el desarrollo de la sociedad humana, antes y durante el capitalismo, ha creado la base para un mundo sin todos esos horrores. Ahora existe la base —la tecnología, el conocimiento y los cimientos científicos— para proporcionar una vida digna y continuamente enriquecida, de manera integral, para todos sobre esta tierra, sin divisiones opresivas entre los seres humanos.

Y existe la base para que los seres humanos por fin se conviertan en guardianes dignos de la Tierra en su conjunto.

La fuerza fundamental que impide que esto suceda es este sistema del capitalismo-imperialismo, que gobierna en Estados Unidos y domina el mundo. Este sistema trata como “propiedad privada”, de unos pocos, la capacidad productiva y el conocimiento productivo de los seres humanos, que ha sido producido mediante el trabajo físico e intelectual de masas —de miles de millones— de personas. Este sistema está impulsado por una despiadada competencia y conflictos entre diferentes explotadores capitalistas y diferentes países capitalistas — lo que lleva a la destrucción constante y acelerada del medio ambiente, y a guerras continuas, lo que plantea un peligro creciente para el futuro y la existencia misma de la humanidad.

Ya es hora de que se largue este sistema —y se reemplace por un sistema basado en la propiedad colectiva por parte de la gente de los medios productivos que los seres humanos en todas partes han creado— utilizando esto en beneficio de los seres humanos en su conjunto, ahora y para las generaciones del futuro: un sistema socialista, con el objetivo de un mundo comunista en que se eliminarán y desarraigarán las relaciones de explotación y opresión, y la cultura que acompaña y refuerza esas relaciones, y la humanidad pueda florecer verdaderamente — con un enfoque científico en continuo desarrollo, sobre la base de todo del pasado que pueda contribuir a este futuro emancipador, aprendiendo de la rica diversidad de los seres humanos, capacitando el florecimiento de todas las personas que componen la raza humana, en el contexto y sobre la base de la cooperación y el beneficio mutuo.

En futuros mensajes, abordaré las revoluciones comunistas anteriores, y el desarrollo del nuevo comunismo, que se ha derivado de las décadas del trabajo que he llevado a cabo, sacando lecciones de la experiencia positiva y negativa de esas revoluciones comunistas anteriores, y de una amplia gama de experiencias humanas.

Pero, de lo que ya he abordado en este mensaje, y en el anterior, debe quedar claro que no existe tal cosa como una “naturaleza humana” fija e inmutable, y de hecho los modos de pensar y de actuar de las personas de manera continua experimentan cambios de un tipo u otro, en el contexto de los cambios más grandes en la sociedad y en el mundo en los cuales viven. Lo más importante que hay que entender —la conclusión necesaria y crucialmente importante— es lo siguiente: En el proceso —y únicamente en el proceso— de enfrentar y finalmente derrocar este sistema del capitalismo-imperialismo y todas las relaciones opresivas, y de crear un mundo radicalmente diferente y mucho mejor, masas de personas, y en última instancia los seres humanos en su conjunto, pueden cambiar también su modo de pensar y de actuar: rompiendo con la tóxica cultura, “valores” y mentalidad fomentados por sistemas opresores de todo tipo, y adoptando los valores emancipadores de la revolución cuyo objetivo es un mundo comunista sin divisiones opresivas y explotadoras entre los seres humanos.

Esa es la respuesta fundamental, profunda a la cuestión de la “naturaleza humana”.

Le corresponde a las personas que hayan llegado a entender esto, librar la necesaria lucha para ganarse a cada vez más personas a entender esto —y de actuar en consecuencia— para hacer la revolución. Y esto es aún más crucialmente importante en este momento poco común en que, como he mostrado en mensajes anteriores (especialmente números Uno a Once), esta revolución no solamente se necesita con urgencia sino que es posible.

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REVOLUCIÓN Número Veintiuno: 
No existe tal cosa como la “naturaleza humana”.
Léalo en español

Una de las grandes razones por las que tanta gente cree que una revolución y un mundo fundamentalmente diferente y mucho mejor no es posible se debe a la noción de que existe una “naturaleza humana”, la que en realidad no se puede cambiar. Pero el hecho es que no existe tal cosa como una “naturaleza humana inmutable”. Las personas pueden cambiar y sí cambian todo el tiempo, especialmente cuando cambien las circunstancias.

Cosas como el racismo y la misoginia (el odio a las mujeres) no son características “integrales” de las personas blancas y los hombres — y la actitud de cuidarse de sí mismo y al diablo los demás no está “integrada” en los seres humanos. Todas estas cosas son productos del sistema bajo el cual la gente está obligada a vivir — las opresivas relaciones económicas, políticas y sociales del sistema, y las ideas y la cultura que reflejan y refuerzan esas relaciones.

Examinemos esto más a fondo.

A lo largo de varios siglos, comenzando hace más de 500 años, varias potencias europeas llevaron a cabo la conquista y la colonización de pueblos en África, Asia y las Américas — y una gran parte de este proceso fue la esclavización y la trata de millones de seres humanos. Como señalé en un artículo que explica qué es la explotación, y la manera de ponerle fin:

Es un hecho que algunas de las sociedades anteriores en las Américas —tales como el imperio inca en América del Sur y el azteca en México— se basaron también en la explotación de las masas de personas por parte de las clases dominantes en esas sociedades; y es cierto que existía la esclavitud en el propio África durante un tiempo antes de la invasión de ese continente por los explotadores europeos. Pero todo esto asumió dimensiones mucho más grandes y mucho más horripilantes, comenzando hace varios siglos con la conquista y la colonización de estos continentes, el desarrollo de la trata internacional de esclavos y la maquinaria implacable de la explotación capitalista, todo lo que despiadadamente ha usado y ha matado, de manera inmediata o más gradual, a generación tras generación, a millones tras millones, de personas, en la búsqueda capitalista maníaca, y la competencia inmisericorde entre capitalistas, por conseguir cada vez más ganancias.

Y lo que acompañaba todo esto —la forma de pensar que lo “justificaba”— era la noción de que ciertos grupos o “razas” de personas son superiores, y otros son inferiores, y que por lo tanto era correcto y bueno para las personas supuestamente “superiores” esclavizar y explotar a aquellos que supuestamente eran “inferiores”.

Pero las divisiones opresivas entre las personas no son simplemente alguna “cosa europea”, y la idea venenosa de que ciertas personas son “superiores”, y otras son “inferiores”, no es una noción exclusivamente “europea”. En general a lo largo de la historia de la humanidad, en cualquier parte del mundo en que las personas hayan estado divididas en amos y esclavos, en “clases altas y clases bajas”, esta división ha ido acompañado de la idea de que aquellos en la posición superior son de alguna manera, por su propia “naturaleza”, superiores como seres humanos, y aquellos en la posición inferior son seres humanos “inferiores”. Esto ha sido cierto en los imperios y países antiguos, así como en los más modernos, de Asia, África y las Américas, así como en Europa.

Una vez más, son las relaciones dominantes del sistema las que determinan en lo fundamental las ideas y la cultura que dominan en ese sistema. Siempre que tengamos un sistema basado en la explotación y la opresión, tendremos la cultura correspondiente que promoverá la idea de que algunas personas son, por naturaleza, superiores a otras.

Pero examinemos este tema aún más a fondo — la cuestión de si, independientemente del sistema bajo el que viva la gente, existe una cierta “naturaleza humana” básica que recorre todos los sistemas.

En términos de lo que podría considerarse la “naturaleza” de los seres humanos, existen ciertas características comunes a las personas en todas partes. Como resultado de la evolución natural, junto con otras características biológicas que los seres humanos tenemos en común, tenemos una conciencia y una capacidad de “pensamiento abstracto”, de una manera que no ocurre con otros seres. Podemos pensar en lo que significaría “estar en el pellejo de otra persona” — ver las cosas y sentirlas como lo hacen otras personas. Podemos reflexionar sobre lo que sucedió en el pasado, y podemos proyectar nuestras ideas hacia el futuro. Podemos crear en nuestra imaginación todo tipo de seres, y otras cosas, que no existen en el mundo real. Podemos visualizar, y luego ponernos a construir, todo tipo de estructuras físicas. Usamos el lenguaje para crear todo tipo de poesía y otra literatura, así como música con muchos tipos diferentes de letras. Y así sucesivamente.

La característica más importante de los seres humanos es la capacidad de adaptarse conscientemente —de cambiar—, especialmente ante circunstancias cambiantes. Y la gente sí ha cambiado, a lo largo de la historia.

En las sociedades humanas tempranas, cuando la gente vivía en pequeños grupos comunales, sin los tipos de divisiones que nos son tan familiares hoy, la gente pensaba de manera muy diferente a la manera en que pensaban una vez que se desarrollaran la propiedad privada a gran escala de la tierra, la esclavitud y otras formas de explotación y opresión, o cuando los reyes y otros monarcas gobernaban las sociedades feudales cuya palabra era ley, o en este “mundo moderno”, dominado por el sistema capitalista-imperialista.

En todo esto, las ideas dominantes en la sociedad han reflejado y reforzado las relaciones dominantes. Y las ideas dominantes han cambiado de la mano con los cambios en la forma en que se organiza y funciona la sociedad.

En un sistema basado en la esclavitud, y gobernado por propietarios de esclavos, la idea dominante es que la esclavitud es “natural” — es decir, correcta, justa y necesaria. Pero, una vez que se haya eliminado un sistema esclavista y se haya reemplazado por un sistema basado en la explotación capitalista —tal como el sistema bajo el cual vivimos ahora en Estados Unidos—, en tal momento (aunque todavía hay algunas personas que intentan “justificar” la esclavitud) la idea dominante, promovida por las instituciones gobernantes, es que la esclavitud no es (o ya no es) correcta, justa y necesaria.

O, cuando las revoluciones derroquen el gobierno de un sistema encabezado por un rey —tal como ocurrió con la revolución estadounidense hace 250 años—, en tal caso se ha derrocado la idea de que es la “voluntad de Dios” que los reyes gobiernen (“el derecho divino de los reyes”), junto con el propio gobierno del rey.

No obstante, con todos estos cambios, el sistema de los propietarios de los esclavos, el sistema feudal y el sistema “moderno” del capitalismo tienen lo siguiente en común: todos son sistemas divididos en explotadores y explotados, en opresores y oprimidos, en gobernantes y aquellos sobre los cuales éstos gobiernan. Como una gran parte de esta característica común, todos estos sistemas han encarnado e impuesto relaciones patriarcales, supremacistas masculinas. Y las ideas dominantes en todos estos sistemas tienen lo siguiente en común: la noción de que es correcto, justo y necesario que la sociedad esté organizada y funcione tal como lo hace, con todas estas relaciones desiguales y opresivas. Todas las instituciones dominantes, incluidos el sistema educativo, los medios de comunicación y la “cultura popular”, promueven y propagan en muchos sentidos diferentes estas ideas dominantes.

En este sistema capitalista “moderno”, la idea dominante es que es correcto, justo y necesario que algunas personas, los capitalistas, sean propietarias de los medios de producción (las tierras, las materias primas, la maquinaria y otras tecnologías) y que se lucren de la explotación de las personas que no poseen medios de producción y que, por lo tanto, sólo pueden vivir cuando los capitalistas las empleen y exploten. No obstante, los capitalistas no crearon toda la riqueza y la tecnología de este sistema capitalista “moderno” — se creó mediante el trabajo de masas de personas, en todo el mundo, desde hace siglos, bajo condiciones de explotación de una forma u otra. (En términos básicos, la explotación se refiere a lucrar con el trabajo de otros — el que esos “otros” sean esclavos, agricultores pobres o trabajadores asalariados.)

De la mano con todo esto, se tiene el hecho básico de que los seres humanos son individuos, quienes sí tienen necesidades individuales. Bajo este sistema del capitalismo-imperialismo —al igual que ocurre con todos los sistemas basados en relaciones de explotación y opresión—, es posible satisfacer las necesidades de los individuos únicamente mediante los esfuerzos de esos individuos, actuando para sí mismos (y para aquellos que quizá sean dependientes de éstos, tales como sus hijos). Este sistema obliga a las personas a competirse entre sí, en la lucha por satisfacer sus necesidades individuales, y en la contienda por alcanzar sus objetivos individuales y avanzar en sus posiciones individuales.

Al mismo tiempo, tal como hemos visto, los individuos no son solamente individuos — son parte de una sociedad, y un mundo, más amplios, que hoy todavía están dominados por relaciones de explotación, desigualdad y opresión, y por unas instituciones gobernantes que promueven y refuerzan esas relaciones.

Todo esto configura las condiciones en las que las personas viven y funcionan, e influencia fuertemente su forma de pensar. Y todo esto es una gran parte de la razón por la que comúnmente se piensa que existe algún tipo de “naturaleza humana” que no se puede cambiar, y que es inalterable, que hace que las personas sean egoístas, y que hace que las relaciones opresivas entre los seres humanos sean ineludibles e inevitables.

Pero siempre existen contradicciones en cualquier sistema; y siempre habrá algunas personas que ven esas contradicciones y reconocen en esas contradicciones la base para el cambio, de un tipo u otro. Deshacerse de un sistema, y reemplazarlo por otro sistema, requiere un cambio revolucionario — y en aquellos momentos en que las contradicciones de un sistema en particular se vuelvan muy agudas y profundas, se vuelve posible que las masas de personas lleguen a ver la necesidad y la base para semejante cambio revolucionario, y que tomen acciones para hacer que se dé.

Éste es uno de esos momentos. Y además el cambio revolucionario el que es posible ahora no es simplemente un cambio de un sistema de explotación y opresión a otro sistema parecido — tal como ocurrió con la revolución estadounidense hace 250 años. Lo que es posible ahora es un cambio histórico, fundamental, que finalmente hará surgir el fin de toda explotación y opresión. Se trata de la revolución comunista.

Volveré pronto, para seguir abordando esta revolución comunista y la manera en que representa un cambio radical, emancipador en la forma en que está organizada la sociedad y las formas en que las personas se relacionan entre sí — y cómo eso posibilita un cambio fundamental en lo que la gente ahora considera como una “naturaleza humana” inmutable.

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REVOLUCIÓN Número Veinte:
Haití — sufrimientos horribles, otros crímenes horrorosos a manos del imperialismo estadounidense
Léalo en español

En el país caribeño de Haití, la gente está sufriendo horriblemente una vez más: el gobierno corrupto se ha colapsado, las pandillas se desmandan en la capital, Puerto Príncipe, robando, violando y asesinando; las masas de personas carecen de alimentos y de agua potable, los niños se mueren. Esto es lo que está pasando en lo que ya es uno de los países más pobres del mundo.

Pero, ¿cómo llegó a estar en esta situación?

Haití es un país en que, hace más de 200 años, una rebelión del pueblo esclavizado logró derrocar el dominio de los colonizadores franceses. Pero, por justa que fuera esa rebelión de esclavos —y aunque condujo a la independencia haitiana— no desembocó en la liberación fundamental para las masas de personas ahí. Francia, cuando ya no controlaba a Haití de forma colonial directa, se dedicó a estrangularlo económicamente — ¡incluso obligó a Haití a pagarle “reparaciones”! Pero, durante los últimos dos siglos y pico, es Estados Unidos el que cada vez más ha saqueado a Haití y a su gente.

Estados Unidos, por temer especialmente que el ejemplo y el espíritu de la revolución en Haití se propagaran entre los esclavos en Estados Unidos y que los esclavos asumieran dicho ejemplo y espíritu, adoptó una posición activamente hostil hacia Haití —a partir de la presidencia de Tomás Jefferson a principios del siglo 1800— y trabajó para aislarlo en los ámbitos económico y diplomático. Estados Unidos no reconoció la independencia haitiana hasta los años 1860, durante la Guerra Civil en Estados Unidos, guerra la que por fin puso fin a la esclavitud ahí. E incluso después de reconocer formalmente a Haití como un país independiente, Estados Unidos —especialmente durante los últimos 100 años y más— ha invadido a Haití repetidamente con fuerzas armadas, ha impuesto gobiernos brutalmente opresores y ha respaldado a dictadores asesinos aterrorizadores de la gente en Haití, y ha destrozado la economía de ese país y arruinado la vida de las masas de personas ahí.

Esto es parte de un patrón más amplio en que, junto con sus crímenes horrorosos en otras regiones del mundo, en el período de 1846 a la actualidad Estados Unidos ha intervenido en países en el Caribe, Centroamérica y Sudamérica en al menos 100 ocasiones —de forma militar, por medio de golpes de estado de la CIA u otras formas— a costa de literalmente cientos de miles de muertes y del sufrimiento interminable de las poblaciones de aquellos países. 

Y no debe sorprender a nadie que durante toda esa historia, el papel de Estados Unidos en Haití haya venido acompañado del tipo de racismo crudo hacia los haitianos con el cual ya está tan familiarizada cualquier persona que sepa algo sobre la verdadera historia de Estados Unidos.

Cuando un masivo terremoto azotó a Haití en 2010, los daños eran mucho más terribles debido a la manera en que el imperialismo estadounidense ya había saqueado al país y a su población. En palabras de Bill Quigley, director jurídico del Centro de Derechos Constitucionales, respecto al papel de Estados Unidos en todo esto: “No creamos el terremoto, pero sí creamos algunas de las circunstancias que hicieron que el terremoto fuera tan devastadora”. 

Ahora, Estados Unidos de nuevo trata de imponer una “solución” al caos en Haití juntando aún más lacayos del imperialismo estadounidense para formar algún tipo de gobierno que se impondrá al pueblo de Haití. Pero el imperialismo estadounidense no es una “solución” a la situación terrible en Haití. El imperialismo estadounidense es el problema — es la causa fundamental de esta terrible situación.

Se ofrece otra información sobre la situación en Haití, y la respectiva solución, en El Show RNL (¡Revolución, y Nada Menos!) #188 en YouTube, y los artículos en revcom.us abordan más completa y profundamente toda la historia de los crímenes estadounidenses contra Haití y su pueblo. Lo que es crucial de entender es que lo que Estados Unidos le ha hecho a Haití es parte de todo un patrón de crímenes monstruosos cometidos por este sistema y por la clase dominante estadounidense, desde la mera fundación de Estados Unidos al día de hoy, dentro del país y por todo el mundo. Y el hecho más fundamental es que todos estos horrores se derivan de la propia naturaleza de un sistema que se basa en la explotación despiadada, la opresión asesina y la destrucción masiva de personas y del medio ambiente — un sistema el cual no es posible reformar sino que es necesario derrocar a la mayor brevedad posible y reemplazar por un sistema radicalmente diferente y mucho mejor.

Una vez más, los acontecimientos actuales en Haití —por encima de toda la historia de lo que los imperialistas le han hecho a ese país y a su pueblo— recalcan esta lección urgente: Nosotros, la gente del mundo, ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando el mundo y determinando el destino de la humanidad. Y es un hecho científico que la humanidad no tiene que vivir así.

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REVOLUCIÓN Número Diecinueve 
Sí, ¡un mundo radicalmente diferente y mucho mejor realmente es posible!
Léalo en español

Aquellos que permanecen estancados en el pasado —basándose en la Declaración de Independencia y la Constitución de los Estados Unidos, escritas por propietarios de esclavos y explotadores capitalistas nunca podrán reconocer, y aceptar, la siguiente verdad fundamental: éstos no son los tiempos en que el capitalismo ascendente, hace cientos de años, derrocó y reemplazó a la sociedad feudal, la que estaba gobernada por reyes y otros monarcas, y los llamados “nobles”, que se engordaban mediante la explotación de los siervos — los agricultores pobres sin poder. Este sistema capitalista bajo el cual ahora estamos obligados a vivir se ha convertido desde hace mucho tiempo en un sistema de explotación y opresión internacional el sistema del capitalismo-imperialismo. Este sistema está anticuado desde hace mucho tiempo — desde hace mucho ya pasó su fecha de vencimiento, desde hace mucho ya pasó toda circunstancia en la que podría desempeñar algún papel positivo.

Y aquí va la verdad más profunda y esencial de todo esto: con todo el horror muy real que esto ha implicado, el desarrollo de la sociedad humana, antes y durante el capitalismo, ha creado la base para un mundo sin todos esos horrores. Ahora existe la base —la tecnología, el conocimiento y los cimientos científicos— para proporcionar una vida digna y continuamente enriquecida, de manera integral, para todos sobre esta tierra, sin divisiones opresivas entre los seres humanos.

Y existe la base para que los seres humanos por fin se conviertan en guardianes dignos de la Tierra en su conjunto.

La fuerza fundamental que impide que esto suceda es este sistema del capitalismo-imperialismo, que gobierna en Estados Unidos y domina el mundo. Este sistema trata como “propiedad privada”, de unos pocos, la capacidad productiva y el conocimiento productivo de los seres humanos, que ha sido producido mediante el trabajo físico e intelectual de masas —de miles de millones— de personas. Este sistema está impulsado por una despiadada competencia y conflictos entre diferentes explotadores capitalistas y diferentes países capitalistas — lo que lleva a la destrucción constante y acelerada del medio ambiente, y a guerras continuas, lo que plantea un peligro creciente para el futuro y la existencia misma de la humanidad.

Ya es hora de que se largue este sistema —y se reemplace por un sistema basado en la propiedad colectiva por parte de la gente de los medios productivos que los seres humanos han creado en todas partes— utilizando esto en beneficio de los seres humanos en su conjunto, ahora y para las generaciones futuras: un sistema socialista, con el objetivo de un mundo comunista en que se eliminarán y desarraigarán las relaciones de explotación y opresión, y la cultura que acompaña y refuerza esas relaciones, y la humanidad pueda florecer verdaderamente — con un enfoque científico en continuo desarrollo, sobre la base de todo del pasado que pueda contribuir a este futuro emancipador, aprendiendo de la rica diversidad de los seres humanos, capacitando el florecimiento de todas las personas que componen la raza humana, en el contexto y sobre la base de la cooperación y el beneficio mutuo.

Esto no es simplemente un sueño imposible. Es una posibilidad real — una posibilidad que puede hacerse realidad mediante la revolución que acabe con el sistema verdaderamente monstruoso del capitalismo-imperialismo y ponga a la humanidad en el camino hacia el comunismo.

En mensajes anteriores (especialmente en los números del Uno al Once), he dejado claro por qué esta revolución comunista es urgentemente necesaria y por qué y cómo es posible — no en algún futuro lejano, sino justo en estos tiempos en los que vivimos, ahora. He hablado de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, que escribí — exponiendo una visión panorámica y un plano concreto para una sociedad y mundo radicalmente diferente y verdaderamente emancipador. Y he puesto al descubierto algunas formas de pensar y actuar muy equivocadas y dañinas que constituyen grandes obstáculos a la realización de esta revolución.

En futuros mensajes, seguiré examinando este tema, contestaré a las mentiras sobre el comunismo y seguiré abordando el nuevo comunismoun marco completamente nuevo para la emancipación humana—, que se ha desarrollado mediante el trabajo que he llevado a cabo durante décadas, aprendiendo de la experiencia positiva y negativa de las revoluciones comunistas anteriores y de una amplia gama de experiencias humanas.

Por ahora, concluiré con lo siguiente, tomado de mi obra El comunismo y la democracia jeffersoniana:

Cuando pensamos en lo que representa la revolución comunista, y además lo comparamos con las expresiones más “ideales” de la democracia capitalista, podemos comprender cómo la revolución comunista, y su objetivo emancipador, representa la lucha por una libertad, por una emancipación de la humanidad, que es una dimensión completamente diferente que va más allá de lo que es posible —o a lo que siquiera han pensado— los fundadores y gobernantes de la sociedad capitalista, o cualquier otra cosa que haya existido hasta ahora en la historia humana. Captar eso enfatiza la necesidad, y debería aumentar nuestra determinación, de luchar por superar los obstáculos que se encuentran en el camino de crear esto en concreto.

Esto tiene un significado aún más grande, y una importancia inmediata, ahora, en este momento poco común en que esta revolución no sólo es urgentemente necesaria, sino que es posible.

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REVOLUCIÓN Número Dieciocho 
Estados Unidos — ¿avanza hacia “una unión más perfecta”?
Léalo en español

Estados Unidos — ¿avanza hacia “una unión más perfecta”? ¡NO!

Lo que realmente está pasando es que el capitalismo-imperialismo estadounidense sigue “perfeccionando” la explotación parásita, la opresión asesina y la destrucción masiva, de la gente y del medio ambiente.

Examinemos este tema.

Muchas personas que no niegan que se han hecho cosas terribles a lo largo de la historia de Estados Unidos, tratan de disculparlo haciendo el argumento de que “se está creando una unión más perfecta” — y que “a pesar de tener muchos problemas, seguimos mejorando las cosas”. Señalan cosas como “el crecimiento de la clase media negra” y la ampliación de los derechos a las personas a las cuales les habían negado esos derechos durante mucho tiempo: el pueblo negro y otras personas de color, las mujeres y la gente LGBT. Pero este argumento pasa por alto unas realidades muy feas. Como he mostrado anteriormente (en mi mensaje Número Tres así como en el Número Dos):

Estados Unidos es un país en el que una mujer es agredida-golpeada cada 9 segundos. Es un país en que cada año grandes cantidades de mujeres son objeto de violaciones y agresiones sexuales; un país donde se ha arrebatado a las mujeres el derecho al aborto, se ha impuesto un control supremacista masculino sobre sus cuerpos y su ser mismo, en un sentido muy concreto una forma de esclavización femenina. Este es un país en que las personas LGBT son objeto de discriminación, persecución, intimidación, vilipendio y abusos, brutalización y asesinato directo.

Al mismo tiempo, en esta supuesta “gran democracia”:

La policía mata a mil personas cada año, especialmente gente de color, y en los 60 años desde que se aprobaron las Leyes de Derechos Civiles, la segregación y discriminación siguen siendo tan malas, o peores, como nunca jamás, y la policía ha asesinado a miles de negros — ¡un número aún más grande que todos los que fueron linchados durante todos los años de terror del Ku Klux Klan después de la Guerra Civil!

Sí, ha crecido la “clase media negra”, pero la otra cara de la moneda es la encarcelación en masa especialmente de hombres negros y latinos los que son pobres, y un creciente número de mujeres, que han sido excluidos de la vida clasemediera: Estados Unidos tiene ¡el número más grande de personas encarceladas y el índice más alto de encarcelación que ningún otro país en el mundo! Al mismo tiempo, millones de personas negras pobres, y otras personas pobres, en particular las mujeres, que no forman parte de ninguna clase media, se parten el lomo en trabajos mal remunerados en un intento desesperado de mantener a la familia unida, mientras están obligados a vivir en comunidades segregadas y abandonadas y son objeto de la discriminación en cada parte de la sociedad. Además, ni las personas negras de la “clase media” se escapan al racismo, la discriminación, la brutalidad y el asesinato a manos de la policía, de que son objeto los negros en su conjunto en Estados Unidos (de hecho, ninguna personas negra, sin importar qué tan “alto” llegue en la sociedad, puede escaparse a eso completamente).

Lo que subyace a toda esta situación es el gran aumento del parasitismo de Estados Unidos: que se alimenta de la explotación despiadada de miles de millones de personas por todo el mundo, entre ellas cientos de millones de mujeres y más de 150 millones de niñosDurante los últimos 50 años, se ha dado un cambio masivo en la economía estadounidense: se han “exportado a ultramar” grandes cantidades de empleos en el sector de producción básica, especialmente a los países pobres, y la superexplotación de las personas en aquellos países va de la mano con el crecimiento del protagonismo de los sectores económicos de alta tecnología y de finanzas, y las ocupaciones profesionales, en Estados Unidos. La riqueza que este parasitismo ha creado ha posibilitado una existencia “clasemediera” para muchas personas, al mismo tiempo que grandes cantidades de personas están excluidas de eso, especialmente aquellas que tienen trabajos de baja paga o están desempleadas. 

Como un ejemplo de este parasitismo, hace unas décadas la mayoría de las prendas de vestir que las personas en Estados Unidos usaban se fabricaba en Estados Unidos, pero hoy únicamente un minúsculo por ciento de dicha ropa se fabrica en Estados Unidos, y la mayoría se produce en lugares como el país sudasiático de Bangla Desh, sobre la base de la explotación cruel y literalmente asesina de masas de mujeres ahí. Al mismo tiempo, como resultado de la dominación del mundo por este sistema del capitalismo-imperialismo, en los países pobres millones de niños mueren cada año de inanición y enfermedades prevenibles, y más de 40 millones de mujeres están esclavizadas en la trata sexual internacional.

En revcom.us se encuentran dos artículos de Raymond Lotta que examinan todo eso muy a fondo (en revcom.us, busque “Lotta,” “Parasitismo imperialista” y “La industrialización de la explotación sexual, la globalización imperialista”).

Todo esto ocurre al tiempo que el imperialismo estadounidense ha sido durante décadas el destructor número uno del medio ambiente, y tan sólo desde la Segunda Guerra Mundial ha masacrado a millones de personas en guerras injustas, golpes de estado y otras acciones violentas, en lugares tales como Corea, Vietnam, Indonesia, Irán, Irak, Guatemala y el Congo. Estados Unidos sigue siendo el único país que jamás haya usado armas nucleares, al lanzar bombas atómicas sobre dos ciudades japonesas al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945 — un nefando acto de exterminio en masa de civiles, por el cual el gobierno estadounidense, a la fecha, nunca ha pedido disculpas, nunca ha admitido que estuvo mal, mientras los imperialistas estadounidenses continúan desarrollando armas de destrucción masiva aún más horrendas y se niegan a prometer que no serán los que “asesten el primer golpe” con armas nucleares (¡otra vez!).

Lo que he señalado aquí es la realidad fundamental —y verdaderamente horrorosa— detrás de las afirmaciones de que Estados Unidos “sigue avanzando hacia ‘una unión más perfecta’”. Como dije al principio: La verdad es que el capitalismo-imperialismo estadounidense sigue “perfeccionando” la explotación parásita, la opresión asesina y la destrucción masiva, de la gente y del medio ambiente. Y la verdad aún más grande es que todo esto es totalmente innecesario: es posible una forma fundamentalmente diferente y verdaderamente emancipadora de organizar la sociedad y las relaciones entre los seres humanos, en todo el mundo.

Eso es lo que voy a abordar, en mi próximo mensaje.

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REVOLUCIÓN Número Diecisiete 
El excepcionalismo estadounidense: Seguir poniendo al descubierto la realidad detrás del mito
Léalo en español

Número Diecisiete — seguir poniendo al descubierto la realidad detrás del mito del “excepcionalismo estadounidense”: la noción ridícula e indignante de que Estados Unidos y su “gran democracia” se traten de algo excepcionalmente bueno.

En realidad, esta “gran democracia” es un sistema de explotación brutal y opresión asesina, el sistema del capitalismo-imperialismo, impuesto por la dictadura de la clase capitalista — que, sobre la base de su posición económica dominante, controla el proceso político y la policía y las fuerzas armadas que con la violencia imponen este sistema. A diferencia de lo que proclaman constantemente los representantes de esta clase dominante capitalista y sus medios de comunicación (su maquinaria de propaganda), las personas en Estados Unidos no “gobiernan a sí mismas” — una clase de explotadores capitalistas las “gobierna”, gobierna sobre ellas. Lo que se proclama como el meollo y la esencia de esta supuesta “gran democracia” —“el derecho de la gente de elegir a sus líderes mediante elecciones libres e imparciales”— en realidad se reduce en esencia al “derecho” de “elegir” entre los partidos políticos que representan el mismo sistema del capitalismo-imperialismo.

Toda la historia de Estados Unidos, al día de hoy —no la historia tergiversada y “embellecida” la cual enseñan los libros de texto y presentan los medios de comunicación y la cultura dominantes, sino la verdadera historia y realidad de Estados Unidos y de su papel en el mundo— ofrece evidencia profunda e innegable de la naturaleza verdaderamente monstruosa y concreta de ese país y de ese sistema. En mensajes anteriores he arrojado una luz sobre algunos de estos horrores, y he señalado algunas obras mías, y otras en revcom.us —en particular la serie “Crimen Yanqui”— que examinan este tema más a fondo y en mayor extensión. Como dije en mi mensaje anterior: ¡Ninguna persona sincera podría leer esto y continuar repitiendo la idea perversa de que Estados Unido sea excepcionalmente bueno!

Y lo que está ocurriendo ahora mismo evidencia aún más profunda y vivamente que esta supuesta “gran democracia estadounidense” es en realidad una dictadura, en que se utiliza el poder de las instituciones gobernantes para perseguir y castigar despiadadamente, e incluso eliminar, a las personas que representan una amenaza a los intereses de la clase dominante. Además del asesinato de miles de personas a manos de la policía y la encarcelación en masa de millones de personas, en Estados Unidos, lo que sigue sin parar mientras escuchas este mensaje, están reprimiendo despiadadamente a las personas que están protestando contra el genocidio en Palestina cometido por Israel, con el apoyo total del gobierno estadounidense y de ambos partidos políticos de la clase dominante (demócrata y republicano). Esta represión se ha centrado en los colegios, y especialmente en las universidades “de élite” — y ha violado crudamente los supuestos “derechos a la libertad de expresión” y las “normas de la libertad académica”. Los estudiantes y profesores han estado en la mira, e incluso presidentas universitarias han sido expulsadas de sus posiciones por no reprimir completamente a estas protestas.

¿Por qué ocurre esto? Debido a que están en juego los intereses fundamentales del capitalismo-imperialismo estadounidense. Debido a que Israel desempeña un “papel especial” de bastión de apoyo fuertemente armado para el imperialismo estadounidense en una parte estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la perpetración de atrocidades, algo que ha contribuido a mantener el dominio opresivo del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo.

Además, esta represión está ocurriendo debido a que los representantes de la clase dominante estadounidense reconocen claramente que si los jóvenes, especialmente en las universidades de “élite”, empezaran a cuestionar con seriedad y a actuar en contra de lo que este sistema está haciendo —si el sistema “perdiera la lealtad” de grandes números de estos estudiantes—, eso podría ser un factor importante en la creación de una verdadera crisis para el sistema en su conjunto, como lo que ocurrió en los años 1960: una crisis, ahora más que nunca, que en realidad este sistema no puede darse el lujo de permitir, en un momento en que profundas divisiones ya están desgarrando al país entero, con choques agudos ahí mero entre las fuerzas gobernantes. Por lo tanto, al mismo tiempo que los poderes gobernantes en Estados Unidos están fuertemente divididos, están firmemente unidos en su determinación de castigar e intimidar especialmente a los estudiantes de las universidades de élite los que se han pasado al frente para protestar contra la masacre genocida de los palestinos. La clase dominante desesperadamente quiere impedir que una oposición a sus intereses fundamentales se extienda y active a masas de personas, de todas partes de la sociedad.

Todo esto revela, más “manifiestamente” que en “situaciones normales”, la dictadura concreta detrás del cascarón externo de la “democracia” en Estados Unidos — y arroja una luz sobre la debilidad estratégica de este sistema, cuando sí llegue a perder la lealtad de importantes sectores de la población y esto conlleve el potencial de propagarse a todas partes de la sociedad, incluso entre las instituciones dominantes de este sistema.

Volveré pronto, con otras verdades que necesitas conocer —las verdades que los de arriba están decididos a impedir que conozcas— la verdad detrás de la afirmación de que Estados Unidos continúe “creando una unión más perfecta”.

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REVOLUCIÓN Número Dieciséis
Cuentos de hadas y monstruos de verdad: Estados Unidos, el mito — y Estados Unidos, la realidad
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Veo que alguien en la UCLA [Universidad de California-Los Ángeles] dijo que mi mensaje Número Dos “carece de matices” al denunciar solamente algunos de los crímenes monstruosos que Estados Unidos ha cometido. En otras palabras, supuestamente no veo el panorama completo. Sí, Estados Unidos ha hecho maldades, esta persona admite, pero luego insiste en que todos los países también los hacen, y Estados Unidos es diferente, y especial, por su “idea” de “la libertad y la igualdad para todos”.

Esto no es más que un intento trillado de justificar estos crímenes monstruosos —dichas supuestas “matices” en realidad sirven simplemente de excusas para estos crímenes— y esto concentra mucho de las tonterías embrutecedoras y de plano el lavado de cerebro con los cuales el sistema bombardea a las personas.

En respuesta, hay que decir que es verdaderamente perverso proclamar que Estados Unidos es diferente y especial —“excepcional”— en un sentido positivo, dado el hecho de que se fundó en la esclavitud y el genocidio contra el pueblo negro y los indígenas, y desde ese entonces han continuado los crímenes monstruosos de Estados Unidos. Además de mi mensaje Número Dos, en el Número Tres sigo examinando las atrocidades que Estados Unidos ha cometido y los horrores muy reales que están integrados en la estructura de este sistema del capitalismo-imperialismo; y en revcom.us se publican otras obras —en particular la serie “Crimen Yanqui”— que presentan un panorama aún más completo de estos horrores. ¡Ninguna persona sincera podría leer esto y continuar repitiendo la idea perversa de que Estados Unido sea excepcionalmente bueno!

Además, no puedes tenerlo todo a la vez: Si insistes en que Estados Unidos es diferente y especial en un sentido positivo, pues no puedes disculpar las cosas terribles que hace diciendo que “otros también lo hacen”. Este argumento suena a un mocosito que chilla cuando lo pescan en una maldad (que “Juanito también hizo maldades”)… o, mucho peor, es como un asesino en serie que dice, “Pues sí, he secuestrado, mutilado y asesinado a muchas personas, pero otros han hecho lo mismo — y de todos modos soy diferente y especial ¡porque he escrito una declaración que proclama la importancia de la vida, la libertad y la consecución de la felicidad!”

Lo que es aún peor, los “asesinos en serie” que gobiernan en Estados Unidos han mutilado y asesinado, no a unas decenas de personas, sino literalmente a muchos millones de seres humanos, en Estados Unidos y por todo el mundo.

En cuanto a ese viejo cuento de hadas sobre “la libertad y la igualdad para todos”, el hecho es que Estados Unidos nunca lo ha hecho realidad ni de lejos —y nunca lo hará, mientras rija el sistema capitalista-imperialista en Estados Unidos— porque “la libertad y la igualdad para todos” es imposible en un sistema basado en la explotación de las masas de personas, y en toda la opresión que acompaña esa explotación. Y se tiene la dimensión internacional, en la que este sistema del capitalismo-imperialismo, y Estados Unidos ante todo, lleva generaciones explotando y oprimiendo con saña a literalmente miles de millones de personas, con masacres de millones de personas a fin de imponer esta situación con violencia.

En futuros mensajes, me adentraré más en este tema, pero por ahora concluyo con una referencia a la conclusión de mi obra El comunismo y la democracia jeffersoniana: la revolución comunista representa la lucha por una libertad, por una emancipación de la humanidad, que va mucho más allá del estrecho horizonte de las nociones capitalistas “ideales” de libertad y derechos, nociones que en realidad están ligadas a todas las relaciones de explotación y opresión, y están limitadas por dichas relaciones, las cuales están integradas en el sistema capitalista y que lo definen.

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REVOLUCIÓN Número Quince 
ESTADOS UNIDOS: Verdaderamente un modelo de GENOCIDIO RACISTA DEPRAVADO
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Por lo que respecta a la depravación, no podemos encontrar nada de lo que hicieron Hitler y los nazis que era peor que lo que Estados Unidos le ha hecho al pueblo negro.

Dije esas palabras en el artículo: ESTADOS UNIDOS: Verdaderamente un modelo — de GENOCIDIO RACISTA DEPRAVADO.

Constituye una declaración muy provocadora — y muy acertada.

Si te provoca esa declaración — si consideras que es ridícula, o escandalosa — o si sinceramente quieres conocer por qué lo digo: que leas el artículo, que puedes encontrar en revcom.us.

Y prepárate para el siguiente mensaje, en el que seguiré abordando qué clase de “modelo” que lo es Estados Unidos en realidad.

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¡Romper las cadenas — Desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución! Un mensaje especial
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Aquí va otra verdad profunda: a pesar de todas las formas en que las gruesas cadenas de cientos y miles de años de tradición opresiva pesan sobre las masas de personas —y colocan una pesada carga particularmente sobre la mitad de la humanidad que es femenina—, existe un profundo anhelo de liberarse de todo ello, lo que, además de conducir a esperanzas imaginarias de salvación sobrenatural, también estalla en una furia desenfrenada en este mundo real. Y hay que convocar a esa furia en toda su extensión, darle una expresión científica y revolucionaria —con vistas hacia la emancipación de todos los oprimidos y explotados del mundo, y en última instancia de toda la humanidad— con el fin de luchar contra la fuente fundamental de todo el sufrimiento: este sistema del capitalismo-imperialismo, con su supremacía masculina patriarcal asfixiante y brutal, junto con todos sus otros ultrajes. Esto adquiere un sentido aún más poderoso y una importancia urgente en la situación actual de Estados Unidos (y en otros países), donde la afirmación forzosa de la misoginia cruda (odio por las mujeres) y la subyugación patriarcal de las mujeres es cada vez más flagrante y desenfrenada, centrada a un grado importante ahora en la escalada de acciones para seguir quitándoles aún más a las mujeres un control sobre su propia vida y su propio cuerpo, con los crecientes ataques al derecho al aborto, y hasta al control de la natalidad. En este mero momento, es necesario asumir ampliamente esta consigna y este llamamiento y transformarla en una fuerza material poderosa: ¡Romper las cadenas, Desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución!

[Un pasaje de una obra más extensa titulada: ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia. Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución, de Bob Avakian, líder revolucionario, autor del Nuevo Comunismo]

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REVOLUCIÓN Número Catorce
¿Qué en realidad tiene la culpa de la muerte de las mujeres y sus hijitos al tratar de cruzar la frontera hacia Estados Unidos?
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A continuación presento el mensaje Número Catorce — hablando de lo ultrajante que es cuando la gente común abre la boca para hablar, y ¡lo que les sale es el modo repugnante en que este sistema les ha causado que piense! En particular, me refiero a la situación en que algunas personas, incluidas madres con hijos chiquitos, mueren al tratar de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, y algunas personas hasta dicen cosas como: “Bueno, pues, es una tragedia, pero esa madre tomó una mala decisión — debió haber tenido mejor criterio que tratar de cruzar a Estados Unidos cuando es demasiado peligroso”.

En un video en revcom.us, y en El Show ¡Revolución, y Nada Menos! en YouTube, Coco Das señala lo que en realidad tiene la culpa de tragedias como la muerte de las mujeres y sus hijitos al tratar de cruzar la frontera hacia Estados Unidos: es el sistema capitalista-imperialista, y sobre todo Estados Unidos, que ha arruinado la vida de masas de personas en México, Centroamérica, y muchos otros lugares, al obligar a enormes números de personas a migrar en condiciones ya desesperadas, y luego al montar barreras peligrosas capaces de matarlas por el “crimen” de tratar de entrar en el mismísimo país (ese Estados Unidos tan cacareado) ¡que las ha impulsado a una situación desesperada en primer lugar!

Junto con esa verdad importante que explica Coco Das, no se me quita de la mente la siguiente comparación: echar la culpa a una madre migrante desesperada en esta situación sería igual que echar la culpa a una madre, en aquellos tiempos de la esclavitud, que trataba de escaparse con sus hijos, y todos resultaron muertos. En ambos casos, es el sistema que tiene la culpa — por poner a esa madre, a sus hijos y a millones de personas semejantes, en esa situación en primer lugar y de ahí matarlos cuando tratan de escapar.

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REVOLUCIÓN Número Trece 
El Super Bowl [Super Tazón] — y las maneras requete malas de pensar y de actuar, que causan daños concretos.
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En mi último mensaje (Número Doce), abordé el tiroteo durante la celebración del campeonato del Super Bowl en Kansas City, el panorama más amplio del que forma parte y las lecciones más grandes que hay que sacarle. Pero la verdad es que, pese a todo el terror, traumas y pérdidas que causan cosas como este tiroteo, no es todo lo que está mal con el Super Bowl, este año y en general.

Que quede claro, soy alguien a quien le gusta ver buen fútbol americano (jugué al fútbol en la escuela secundaria), pero no puedo soportar el Super Bowl, con todo el rollo y especialmente el tráfico de venenos que rodea al juego. Pensemos, por ejemplo, en el hecho de que los Super Bowl se convierten regularmente en un centro del tráfico sexual de mujeres.

Y luego se tienen todos los juegos de azar asociados con el Super Bowl (y los deportes en general). Este año se batió un récord para los juegos de azar en el Super Bowl — se estima que las apuestas ascendieron a más de 20 mil millones de dólares.

Por un lado, esto refleja el parasitismo de este sistema capitalista-imperialista — y de Estados Unidos en particular. (Un parásito es un animal o una planta que se ceba de otros seres vivos. El imperialismo, y sobre todo el imperialismo estadounidense, se ceba de la gente de todo el mundo). Como resultado de la explotación por parte de este sistema a miles de millones de personas por todo el mundo —y los estragos contra la tierra en ese proceso—, algunas personas tienen un dinero que pueden darse el lujo de perder en apuestas deportivas. Al mismo tiempo, estas apuestas —y las pérdidas que tantas personas sufren como resultado— harán estragos en muchas personas que casi no tienen para sobrevivir, y que en realidad no tienen dinero para desperdiciar en juegos de azar, pero que se envuelven en la cultura de “enriquecerse en un santiamén” la que se inculca continuamente en la gente en Estados Unidos.

Los actores y otras “celebridades” que salen en anuncios que promocionan las apuestas deportivas deberían detenerse y pensar: estos anuncios están causando daños concretos —todo el bombo y platillos de las apuestas— cuando el fenómeno de las apuestas, además de promover toda esta cultura pútrida, ¡agravará el verdadero sufrimiento de tantas personas el cual ya están obligadas a soportar!

Ésta es otra razón más por la que necesitamos un sistema fundamentalmente diferente, donde la cultura en su conjunto esté orientada a elevar a las personas, no a degradarlas. Como parte de eso, hace falta que el deporte brinde recreo y entretenimiento saludable para masas de personas, así contribuyendo a su bienestar físico y global. Ésta es la orientación de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, que he escrito — que expone una visión panorámica y un plano concreto para una sociedad y mundo radicalmente nuevo y emancipador. Como dice en esa Constitución:

El rol de la competencia deportiva será reconocido y se le dará su lugar apropiado, pero la prioridad básica y general en los deportes será fomentar vínculos de amistad, camaradería, comunidad, cooperación y la experiencia compartida y la alegría del deporte, junto con su contribución a la salud y el bienestar físico, y la promoción del internacionalismo, particularmente en las actividades deportivas contraídas junto con las personas de otros países.

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REVOLUCIÓN Número Doce 
La locura — y dejando atrás toda esta locura
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¡Las cosas se han vuelto tan locas en Estados Unidos que ni siquiera puede haber una celebración del campeonato del Super Bowl sin que se produzca un tiroteo! Este tipo de tiroteos en masa ocurren constantemente, y de verdad parece que no hay ningún lugar seguro — ni para los niños en las escuelas ni para la gente en general.

Obviamente, esta locura está haciendo la vida aún más difícil para masas de personas. Y no hay ninguna respuesta buena al respecto bajo este sistema del capitalismo-imperialismo: son las propias condiciones y cultura que este sistema engendra y fomenta las que son la razón fundamental de toda esta locura.

Esto es parte de la situación más amplia en Estados Unidos donde las cosas se están volviendo cada vez más inestables y caóticas, con frecuentes “alteraciones” de la forma “habitual” en que han sido las cosas — una “forma habitual” que ya ha estado llena de horrores muy reales para las masas de personas en Estados Unidos y para la humanidad en su conjunto.

Y existe la siguiente verdad importante: en vista de que la “forma habitual” en que se ha gobernado la sociedad está dejando de mantener la articulación de las cosas —y se está resquebrajando cada vez más la sociedad—, esto puede hacer tambalear la creencia de la gente en que “la forma en que siempre han sido las cosas” es la única manera en que las cosas podrían ser. Puede hacer que la gente esté más receptiva a cuestionar —en un sentido concreto, puede obligar a la gente a cuestionar— la manera en que han sido las cosas, y si tienen que seguir así. Esto suscita la gran pregunta de si existe una forma completamente diferente en la que la sociedad podría organizarse y las personas podrían relacionarse entre sí, sin toda la locura y el sufrimiento que causa este sistema del capitalismo-imperialismo bajo el que ahora estamos obligados a vivir.

Con todas las amargas penurias de la vida cotidiana para tantas personas, y la locura que existe en la sociedad y en el mundo en general, existe una salida —por medio de una revolución para barrer con este sistema y crear algo mucho mejor— éste es un momento poco común en que esa revolución es realmente posible. He abordado este tema en mis mensajes anteriores; y continuaré examinándolo en mis futuros mensajes.

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REVOLUCIÓN Número Once 
Las elecciones de 2024, la profundización de una crisis, la posibilidad para una revolución
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Vuelvo para seguir abordando la revolución: cómo, en la situación que ahora se está intensificando rápidamente, una revolución que integre a millones de personas podría triunfar en concreto.

En mi último mensaje (Número Diez), abordé el enfoque básico y algunos principios básicos para guiar a las fuerzas de combate revolucionarias al enfrentar y derrotar a las poderosas fuerzas armadas de represión de este sistema, a medida que se creen las condiciones que lo hagan posible. Y llamé la atención sobre el hecho de que en revcom.us se halla la declaración muy importante, La revolución: Desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo, con una verdadera oportunidad de ganar — Orientación estratégica y enfoque práctico, y una serie en cinco partes: Revolución: Una verdadera oportunidad de ganar, donde abordo más extensamente y a fondo el enfoque estratégico que podría hacer que fuera posible que esta revolución triunfe en concreto.

Aquí voy a seguir examinando la relación entre la situación general en desarrollo y la posibilidad de que una revolución tenga verdaderas posibilidades de ganar.

En Estados Unidos ahora mismo existe una crisis creciente y divisiones profundas y amargas entre los de arriba.

Una gran parte de la población, y un sector importante de la clase dominante, representado por el Partido Republicano, se ha vuelto fascista: sobre una base abierta y agresiva de supremacía masculina y otras relaciones opresivas — que se niega a aceptar el resultado de las elecciones en caso de que no ganen, decididos a destripar y pervertir “el estado de derecho”, pisotear los derechos de la gente y adoptar lo que equivale a una dictadura capitalista sin tapujos, dispuesta a utilizar la violencia no sólo contra masas de personas sino también contra sus rivales en la clase dominante. Este sector fascista de la clase dominante ya no cree en lo que han sido las “normas aglutinantes” —el conjunto regulador de creencias y procesos— de este sistema, y las ha abandonado más o menos abiertamente.

El otro sector de la clase dominante, representado por el Partido Demócrata, está tratando de mantener la forma “democrática” por medio de la cual este sistema ejerce el poder político —una dictadura real sobre las masas de personas en Estados Unidos, para poder mantener su sistema de explotación brutal y opresión asesina, apuntalado por matanzas en masa, que esta clase dominante continúa llevando a cabo en todo el mundo.

Las elecciones presidenciales de este año, 2024, serán un eje agudo de la lucha entre estos partidos de la clase dominante —demócratas y republicanos—, una lucha que es muy probable que se zafe de los límites de la “manera habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha todo su sistema.

Esto podría conducir a choques armados entre los dos sectores opuestos de la clase dominante, que incluso podrían convertirse en una confrontación militar a gran escala — un nuevo tipo de guerra civil. En todo caso, este tipo de crisis profunda al interior del sistema gobernante seguramente afectará a todas las partes de la sociedad y a todas las instituciones importantes de este sistema, incluidas sus fuerzas armadas — con el verdadero potencial para grandes escisiones en esas instituciones.

Los fascistas en Estados Unidos en su conjunto no son tan numerosos como aquellos que se oponen a los fascistas, pero estos fascistas están impulsados por un fanatismo irracional, azuzado por la noción de que no valdrá la pena vivir en Estados Unidos, si no toman medidas extremas para revertir el sentido en que se encaminan las cosas. También tienen mucha iniciativa porque los fascistas constituyen un sector importante de la clase dominante, quienes dominan instituciones muy importantes, incluida la Corte Suprema, y también están dispuestos a actuar fuera de los “procedimientos normales” de este sistema y movilizar a fanáticos violentos para obtener sus objetivos.

Al mismo tiempo, en la mayoría de las personas que se oponen a este fascismo, demasiadas todavía aceptan “la manera en que siempre han sido las cosas”, aferrándose a la esperanza de que “de alguna manera las cosas se solucionarán como siempre lo han hecho” — mientras que muchos también están abrumados por la creencia de que no se puede hacer nada para cambiar el rumbo tan negativo de las cosas. El Partido Demócrata tiene un bárbaro temor a movilizar a las masas de personas de la manera que sería necesaria para derrotar decisivamente a los fascistas, porque los demócratas temen a que esto podría llevar a que las cosas “se salgan totalmente de control”, amenazando a todo su sistema.

Aquí entran las fuerzas para la revolución: sacar a la luz claramente la realidad de lo que está pasando, y por qué, y explicar vivamente la única solución positiva a todo esto; actuar, urgente y decisivamente, para cambiar todo el alineamiento, toda la “polarización” en la sociedad —repolarizar rápidamente las cosas en un sentido que sea cada vez más favorable para la revolución— ganar a masas de personas, desde todas las partes de la sociedad, para romper con todo este sistema y pasarse al lado de la revolución.

Hace falta que las fuerzas para la revolución se pasen a primer plano en la lucha contra los fascistas — hacerlo no con el objetivo de conservar, o restaurar, la forma “democrática” de este sistema asesinamente opresivo del capitalismo-imperialismo, sino con el objetivo estratégico de hacer caer este sistema entero y crear algo mucho mejor.

A medida que avance la lucha, para derrotar a las fuerzas que buscan conservar, o restaurar, este sistema empapado de sangre, de una forma u otra, sería posible ganar a un número aún más grande de personas desde diferentes partes de la sociedad para que se unan a la revolución, entre ellas muchos que habían formado parte de las fuerzas armadas y otras instituciones clave de este sistema.

En mi mensaje anterior (Número Diez) enfaticé lo siguiente: un factor importante en todo esto es la contradicción de que entre las filas de las fuerzas armadas de este sistema hay grandes cantidades de personas que se ha reclutado del pueblo negro, los latinos, las mujeres y otros oprimidos, mientras que esa opresión está integrada en el propio sistema del capitalismo-imperialismo por el que se supone que esas personas deberían estar combatiendo. Esta contradicción es una parte importante de la base para ganarse hacia la revolución a muchas personas que comienzan formando parte de las fuerzas armadas de este sistema, a medida que se desarrollen las cosas y se derroten los esfuerzos por aplastar la revolución, así dando lugar a una dinámica cada vez más favorable para la revolución.

Todo esto dispondrá de una situación extremadamente complicada, pero que conlleva no sólo la posibilidad de que las cosas se vuelvan aún más terribles que la “vida normal” bajo este sistema, sino también el potencial de arrancar algo profundamente positivo a todo esto: una revolución emancipadora real — EN EL CASO DE QUE los revolucionarios, y cantidades cada vez más grandes de personas organizadas en las filas de la revolución, capten firmemente esta posibilidad y actúen con osadía, con una determinación con fundamentación científica, para aprovechar esta situación poco común.

Para enfatizar nuevamente un tema crucial: la posibilidad de que las fuerzas de la revolución ganen una lucha total para poner fin a este sistema depende, ante todo y en lo fundamental, de gestar un pueblo revolucionario, de entre los más amargamente oprimidos, y de entre todas partes de la sociedad, que primero cuente con miles y luego con millones de personas, como una poderosa fuerza revolucionaria, organizada desde el principio y de forma consecuente con una perspectiva que abarca todo el país, impactando a toda la sociedad y cambiando los términos de la manera en que las masas de personas ven las cosas y la forma en que cada institución tiene que responder.

Con miles de personas organizadas en las filas de la revolución, ahora, se podría ganar a millones para la revolución; y al ganarse a millones de personas para la revolución, podría haber una verdadera posibilidad de que esta revolución triunfe.

En la situación que continúa desarrollándose en sentidos cada vez más intensos, un movimiento revolucionario con una poderosa influencia y fuerzas organizadas entre los más oprimidos, y en todas las partes de la sociedad, tiene una verdadera oportunidad de emprender, y ganar, la lucha por esta revolución emancipadora, sobre la base de la comprensión y enfoque estratégico que he abordado en estos mensajes.

Esto tiene seriedad — y para aquellos que tengan seriedad, les insto una vez más a que visiten revcom.us y exploren las obras que mencioné al principio de este mensaje: La revolución: Desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo, con una verdadera oportunidad de ganar — Orientación estratégica y enfoque práctico, y una serie en cinco partes: Revolución: Una verdadera oportunidad de ganar.

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REVOLUCIÓN Número Diez 
Sí, podría triunfar una revolución para derrocar este sistema 
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Sí, podría triunfar una revolución para derrocar este sistema del capitalismo-imperialismo.

Aquí mismo en Estados Unidos, en este mero momento en que vivimos.

Esta revolución será posible cuando se gane firmemente a millones de personas a comprender, y que estén decididas a actuar según el entendimiento, de que NECESITAMOS Y EXIGIMOS: UNA FORMA COMPLETAMENTE NUEVA DE VIVIR, UN SISTEMA FUNDAMENTALMENTE DIFERENTE. El momento en que vivimos, ahora, es un momento en que se podría ganar a millones de personas a ver la necesidad urgente para este cambio radical y a trabajar activamente para hacerlo surgir.

Mucha gente dirá: si hubiera millones de personas que estuvieran decididas a hacerlo surgir, ¿por qué no podría darse pacíficamente, sin toda la violencia y destrucción que implicaría luchar concretamente para derrocar este sistema?

Aquí va la respuesta: la fuente fundamental de la violencia en el mundo es este sistema del capitalismo-imperialismo; que por mucho los más grandes perpetradores de la violencia injusta son las clases dominantes de las potencias capitalista-imperialistas, sobre todo Estados Unidos; y que la razón fundamental por la que no es posible obtener pacíficamente la abolición de este sistema se debe a la naturaleza de este sistema en sí. Sí, toda persona decente que se preocupe por la justicia y el futuro de la humanidad podría desear que los gobernantes de este sistema simplemente renunciaran y se hicieran a un lado, y permitieran que surgiera una forma mucho mejor de organizar la sociedad. Pero eso simplemente nunca va a pasar.

A pesar de la movilización de muchos millones de personas para demandar un fin a este sistema, aquellos que lo gobiernan nunca permitirían que su sistema fuera barrido sin intentar aplastar violentamente cualquier esfuerzo de ese tipo.

Pero muchas personas —entre ellas muchas personas a las que les encantaría ver el tipo de cambio radical emancipador del que hablo— argumentarían: “Eso es precisamente la cuestión —nunca podríamos lidiar con ‘todo eso’— nunca podríamos hacer frente a toda la enorme maquinaria de violencia de este sistema”.

Bueno, eso es cierto, no podríamos triunfar así — y no lo haremos así.

Hay que hacer frente con seriedad a un gran monstruo militar como éste, con un enfoque estratégico con fundamentación científica. Tiene que hacerse derrotando a semejante fuerza poderosa por etapas, y no hacer frente a todo el poderío militar que ésta tendrá, especialmente al comienzo de la revolución.

Esto significa luchar únicamente bajo términos favorables, y en cualquier momento dado enfrentar y derrotar a partes de esa fuerza militar opresiva — asestar golpes repetidos que hagan que se desintegre su maquinaria de violencia masiva, de modo que cantidades cada vez más grandes de personas de entre sus filas se pasen a unirse a las fuerzas revolucionarias.

Por supuesto, tendrán que existir las condiciones que hagan que todo esto sea posible. Y podría haberlas.

En mensajes anteriores (Número Ocho y Número Nueve), he abordado el hecho de que éste es un momento en el que existen una crisis cada vez más profunda y divisiones profundas y amargas en toda la sociedad y entre los de arriba. Todo lo que está sucediendo ahora está encaminado hacia una crisis total en Estados Unidos, y pronto podría convertirse en semejante crisis, en la que se esté batallando directamente sobre cómo será la naturaleza misma de la sociedad, y la forma en que se gobierna, de una manera que no ha ocurrido desde la Guerra Civil en la década de 1860. Este es un momento poco común —una oportunidad muy poco común— una oportunidad que quizá se dé únicamente una vez en la vida — una oportunidad de aprovechar las profundas divisiones entre los opresores gobernantes y acometer su sistema entero, con el objetivo de hacer caer toda la cosa, y poner algo mucho mejor en su lugar.

Y he enfatizado los siguientes puntos cruciales: en esta situación en desarrollo, que se está volviendo cada vez más intensa, las fuerzas para la revolución que se necesita con urgencia podrían crecer, rápidamente, de pocas personas a miles, y luego a millones de personas, y llegar a estar en posición de jugárselo el todo por el todo. Y: Al haber ganado a millones para la revolución, podría darse una verdadera posibilidad de que esta revolución triunfe.

Con semejante fuerza revolucionaria organizada, es posible ejercer un impacto creciente en toda la sociedad, cambiando los términos en la manera en que las masas de personas ven las cosas, y la manera en que cada institución tiene que responder.

Cuando haya madurado la situación revolucionaria, en que el sistema esté en una crisis tan profunda que no pueda gobernar de la “manera habitual” en que se ha condicionado a la gente a aceptar —cuando millones de personas sientan en lo más profundo de su ser que este sistema tiene que largarse y que estén preparados a hacer lo que sea necesario para que eso ocurra— en tal momento podría ser posible que las fuerzas combatientes de la revolución se organicen, entrenen y desplieguen para aplicar el siguiente enfoque estratégico:

Emprender, en primer lugar, acciones bien planificadas para contrarrestar las fuerzas represivas violentas de este sistema, comenzando en pequeña escala, pero realizadas a lo largo del país, de manera que impida que esas fuerzas represivas concentren un poderío destructivo masivo contra estas acciones.

A partir de estas acciones iniciales, continuar cobrando impulso y acumulando fuerzas de combate adicionales, al ganar enfrentamientos bien seleccionados a una escala cada vez mayor — adquiriendo experiencia en el combate y “endureciendo” a las fuerzas revolucionarias, mientras se resistan y derroten a los esfuerzos del enemigo por atraer las fuerzas revolucionarias hacia confrontaciones que conducirían a una derrota importante o incluso a la aniquilación total de la revolución. Adaptarse rápidamente a las circunstancias cambiantes, sacar lecciones rápidamente de cualquier contratiempo y actuar de manera decisiva para recuperar y mantener la iniciativa.

Cambiar el equilibrio de fuerzas en un sentido que sea más favorable para la revolución, por medio de un proceso continuo que combine derrotar al enemigo a una escala cada vez mayor y trabajar sistemáticamente para hacer desintegrar a las filas del enemigo y ganarse a cantidades cada vez más grandes de personas para que se pasen al lado de la revolución.

Cuando el equilibrio de fuerzas se haya inclinado decisivamente a favor de la revolución, concentrar fuerzas para derrotar finalmente a las fuerzas que queden del viejo sistema opresivo.

En todo esto, apoyarse fundamentalmente de masas de personas, de muchos sectores de la sociedad, para el apoyo y la defensa, las comunicaciones, la inteligencia, la logística y el suministro de material, al tiempo que se utilicen equipos tomados al otro lado en formas que concuerden con el enfoque estratégico descrito aquí.

Un factor importante en todo esto es la contradicción de que entre las filas de las fuerzas armadas de este sistema hay grandes cantidades de personas que se ha reclutado del pueblo negro, los latinos, las mujeres y otros oprimidos, mientras que esa opresión está integrada en el propio sistema del capitalismo-imperialismo por el que se supone que esas personas deben estar combatiendo. Esta contradicción es parte importante de la base para ganarse hacia la revolución a muchas personas que comienzan formando parte de las fuerzas armadas de este sistema, a medida que se desarrollen las cosas y se derroten los esfuerzos por aplastar la revolución, así dando lugar a una dinámica cada vez más favorable para la revolución.

Lo que he abordado aquí es el enfoque básico y algunos de los factores básicos que pueden hacer que sea posible que la revolución tenga una verdadera oportunidad de triunfar, cuando se hayan gestado las condiciones necesarias.

En revcom.us se encuentra la declaración muy importante La revolución — Desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo con una verdadera oportunidad de ganar: Orientación estratégica y enfoque práctico, y una serie de cinco entregas Revolución: Una verdadera oportunidad de ganar, en que abordo de manera más extensa y a fondo el enfoque estratégico que podría posibilitar que esta revolución triunfe. Para cualquiera que tenga seriedad —para cualquiera que esté dispuesto a pensar con seriedad sobre si una revolución no sólo es necesaria sino que en concreto es posible en Estados Unidos— cabe ir a revcom.us y explorar esas obras. (Y, si usted no tiene seriedad, y no está dispuesto a explorar esto con seriedad, pues no se moleste en decir que no hay forma en que esta revolución siquiera podría ser posible — porque no tiene ninguna base concreta para decir eso, y simplemente está pensando lo que se supone que todos deberían pensar).

Para aquellos que sí tienen seriedad —y aquellos que están cuestionando de manera honesta si todo esto es real— en el mensaje que viene voy a seguir examinando dimensiones clave de la situación en desarrollo que están relacionadas con la manera en que se podría librar la lucha de modo que la revolución tenga una verdadera oportunidad de triunfar.

@BobAvakianOfficial

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Un mensaje especial: 
¡AL CARAJO 
Snoop Dogg!
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Les habla Bob Avakian con un mensaje especial: ¡AL CARAJO Snoop Dogg!

Si quiere saber por qué lo digo, vaya a ver el episodio 181 del El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! en Youtube. Ahí escuchará que en una entrevista reciente Snoop Dogg dijo que solo tenía amor y respeto por Donald Trump.

Así que lo diré de nuevo: AL CARAJO Snoop Dogg. Y lo mismo para cualquier otro estafador, farsante y alcahuete, o cualquiera de esos “títeres pulidos que salen en las llamadas “redes de noticias” y otros medios de comunicación — insinuando que le están diciendo a la gente algo real, cuando simplemente están envenenando el modo de pensar de la gente, haciendo el trabajo sucio para este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo, sin siquiera avergonzarse cuando elogian y promueven a sus pútridos políticos, sea ese Donald Trump fascista MAGA (“Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza”) odia-mujeres racista, o ese “Genocida Joe” Biden que nos pregona “apoyemos a Israel hasta el cogote en la matanza de los palestinos”.

Como ya he dicho antes: ya no necesitamos esta situación, en que algunos logran salir adelante, y unos pocos, entre ellos algunos de estos estafadores hiphoperos, promovidos por este sistema como “modelos a seguir” que obtienen mucha plata y se convierten en parte del “negocio” de explotar a la gente — mientras que masas de personas siguen mantenidas abajo y objeto de explotación, desprecio y abusos. No necesitamos que siga habiendo gente que se alardee de ser multimillonario: si se es multimillonario, se debe simplemente a que se es parte de la explotación de miles de millones de personas en todo el mundo, incluidos más de 150 millones de niños y otros que son más pobres que la gente más pobre en Estados Unidos. Sobre todo, no necesitamos este sistema que trata así a miles de millones de personas. Necesitamos deshacernos de este sistema y crear algo mucho mejor — y podemos hacerlo.

Como también he dicho antes, para cualquiera de los farsantes y estafadores “woke” (concienciados) por allá en la sociedad: ni siquiera se molesten con esa tontería de “quién es usted” para decir todo esto. Les diré quién soy: soy una persona que se ha entregado de todo corazón y alma, sin transigir, por una revolución real. Una persona con una comprensión científica de la necesidad, y de la posibilidad, para esta revolución, aquí mismo en este momento en el que vivimos. Una persona que está trabajando a diario, dando todo a mi alcance, por esta revolución, de modo que todos aquellos que están mantenidos abajo, objeto de explotación, desprecio y abusos, en Estados Unidos y en todo el mundo, por fin podrán liberarse completamente.

Si usted también está harto y cansado de todos los horrores perpetrados por este sistema, y quiere un fin a esta locura, pues conéctese con esta revolución, y éntrele a mis otros mensajes sobre por qué y cómo realmente podríamos hacer esta revolución.

@BobAvakianOfficial

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Nota de última hora 
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Les habla Bob Avakian, con algunas noticias de última hora de verdad para despejar las necedades que nos brinda la maquinaria de propaganda capitalista-imperialista (la CNN, la MSNBC, la Fox y los demás).

Hace poco, estas supuestas “fuentes de noticias” han venido hablando de “ataques de represalia” estadounidenses en el “Medio Oriente”, después de que un ataque a una instalación militar estadounidense en el país de Jordania mató a tres soldados estadounidenses. Esto plantea una pregunta muy importante que ninguna de estas fuentes quiere que consideres: ¡¿Qué carajos está haciendo el ejército estadounidense a miles de kilómetros de Estados Unidos en el país mesooriental de Jordania?!

La respuesta es lo siguiente: lo que está haciendo en Jordania es parte de lo que hacen las fuerzas armadas estadounidenses en su conjunto, con su armamento, bombas, misiles y otros medios de matanza en masa: matar a enormes cantidades de personas de las formas más monstruosas, por todo el mundo, para que Estados Unidos pueda seguir siendo el opresor capitalista-imperialista y destructor de personas y del medio ambiente “número uno” en el mundo (siendo el propio ejército estadounidense una de las principales fuerzas que están devastando rápidamente el medio ambiente).

Y hay algo más que estos medios informativos capitalista-imperialistas no quieren que consideres: los recientes ataques a las fuerzas estadounidenses en el Medio Oriente, incluido este ataque en Jordania, son en sí una respuesta (o una “represalia”) por la masiva matanza genocida del pueblo palestino que está llevando a cabo Israel, con apoyo total de Estados Unidos. Tres soldados estadounidenses matados en Jordania... casi 30.000 palestinos, en su inmensa mayoría civiles, incluidas grandes cantidades de niños, masacrados en Gaza — y a diario el número va en aumento.

Y todo esto plantea la creciente posibilidad de una peligrosa guerra más amplia.

Resulta que los tres soldados estadounidenses matados en Jordania eran negros. A nivel personal, eso es, por supuesto, una terrible pérdida para las familias y seres queridos de esos soldados. Pero plantea otra gran pregunta: ¡¿por qué diablos hay negros en el ejército del mismo sistema que ha oprimido brutal y violentamente a los negros, a lo largo de la historia de Estados Unidos y al día de hoy?!

¿Y de qué tipo de sistema se trata el que priva a tantas personas en Estados Unidos de una vida digna, que asesina a miles y encarcela en masa a millones, y les ofrece una “salida” incorporándose a la maquinaria de matanza en masa que es el ejército estadounidense?

La respuesta: un sistema, el sistema del capitalismo imperialismo, al que hay que derrocar y barrer de la faz de la tierra cuanto antes.

Y ahora mismo es un momento poco común en el que la posibilidad de esto es real — en el que una revolución, para hacer caer este sistema y crear algo mucho mejor, de verdad podría triunfar. Esa es la verdad más grande y la “nota de última hora” más importante que les sigo compartiendo en estos mensajes.

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REVOLUCIÓN Número Nueve
Las tres condiciones básicas para una revolución
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Bob Avakian (BA) les habla de nuevo con otras palabras serias sobre la revolución — cómo en concreto podríamos hacer una revolución.

Para que una revolución triunfe, especialmente en un país como Estados Unidos, hacen falta tres condiciones básicas.

1. Una crisis en la sociedad y en el gobierno tan aguda y tan profunda que quienes nos han gobernado durante tanto tiempo ya no pueden hacerlo de la manera “habitual” en que han condicionado a la gente a aceptar.

2. Un pueblo revolucionario que cuente con muchos millones de personas, que ha roto con su “lealtad” a este sistema, y que tiene una determinación de luchar por una sociedad más justa la que sea más grande que su temor a la represión violenta de este sistema. Masas de personas que sienten en lo más profundo de su ser que, pase lo que pase, ya no podemos darnos el lujo de vivir bajo este sistema, y que se necesita con urgencia un cambio radical.

3. Una fuerza revolucionaria organizada —formada por cantidades cada vez más grandes de personas, de entre los más oprimidos pero también de muchos otros sectores de la sociedad— la que tiene el enfoque más consecuentemente científico de trabajar para la revolución y luego llevar a cabo la revolución, y que masas de personas recurren cada vez más a esa fuerza para que ésta les dirija para efectuar el cambio radical que se necesita con urgencia.

Pronto abordaré directamente la forma en que una revolución, con la participación de millones de personas, en concreto podría derrotar y desmantelar las instituciones que ahora imponen violentamente este sistema opresivo. Pero sobre este tema mismo, necesitamos abordar más a fondo estas tres condiciones para la revolución y su relación con lo que está pasando ahora, y lo que podría ser posible.

La primera condición se está desarrollando rápidamente. Como he dicho, es muy probable que todo llegue a un desenlace y a estar en el aire muy pronto, siendo las elecciones presidenciales de 2024 un eje agudo de la lucha entre los partidos de la clase dominante imperantes —demócratas y republicanos—, una lucha que es muy probable que se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo, y en que mantienen en marcha todo su sistema asesino.

La tercera condición está relacionada con lo que nosotros (los revcom — los comunistas revolucionarios) estamos haciendo: trabajar todos los días para activar a los miles ahora que serán la fuerza organizada que dirija a millones para que en concreto hagan la revolución que se necesita con urgencia.

Y la segunda condición está relacionada contigo: la necesidad de que tú, otros como tú y personas de muchos sectores diferentes de la sociedad, lleguen a formar parte de los miles que se están organizando, ahora, para esta revolución, con el objetivo de alcanzar y activar a millones para aprovechar este momento poco común para la revolución.

Importa muchísimo entender lo siguiente: con miles de personas organizadas en las filas de la revolución, será posible ganarnos a millones para la revolución; y al ganarnos a millones para la revolución, podría haber una verdadera posibilidad de que triunfe esta revolución.

Esto nos regresa a las tres condiciones para la revolución, y a la forma en que están interconectadas.

Se está desgarrando la sociedad. Repetidamente se trastornará y cada vez más se hará añicos la “estabilidad de la vida cotidiana” — una estabilidad llena de horrores para las masas de personas. Las cosas no pueden seguir tal como han estado hasta ahora — se dará un cambio radical en un sentido u otro. Todo lo que está pasando ahora está encaminado hacia una crisis total en Estados Unidos, y pronto podría convertirse en semejante crisis, en que se esté batallando directamente en torno a la naturaleza misma de la sociedad, y a la forma en que se gobierna, de una manera que no ha ocurrido desde la Guerra Civil en la década de 1860.

Esto podría conducir a algo aún más terrible que la “vida normal” bajo este sistema — a hacer que la vida sea aún más insoportable, o hasta imposible, para las masas de personas en todas partes. No obstante, también existe el siguiente potencial positivo muy importante: en esta situación que se está desarrollando ahora, que se está volviendo cada vez más intensa, las fuerzas para la revolución la que se necesita con urgencia podrían crecer, rápidamente, desde una cantidad pequeña a miles, y luego millones, de personas, y ponerse en posición para jugárselo el todo por el todo”. ¿Cómo? Mediante el trabajo de aquellos que se logre ganar a esta revolución que estén “difundiendo el mensaje ampliamente entre las personas, arrojando luz sobre la realidad más profunda de lo que está pasando y por qué está pasando, explicando que SÍ EXISTE una alternativa a vivir así, y luchando con las personas para que rompan con todas sus formas equivocadas de pensar y que se conecten con la revolución”.

(De la muy importante declaración La revolución — Desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo con una verdadera oportunidad de ganar: Orientación estratégica y enfoque práctico, que está disponible en revcom.us.)

Luego, esa declaración pone en claro cómo es el enfoque básico que nosotros, los revcom, estamos aplicando en el trabajo para esta revolución, ahora:

En todo lo que hagamos, en toda la lucha que libremos, estamos aplicando el enfoque general de Luchar contra el poder, y transformar al pueblo — para la revolución, con el objetivo de plasmar los 3 a preparar: a preparar el terreno (la situación en la sociedad), a preparar a las masas de personas, y a preparar a la dirección, para la lucha revolucionaria total.

Estamos uniéndonos con las personas y estamos movilizándolas para que se pongan de pie contra las injusticias y ultrajes los que este sistema constantemente perpetra, estamos defendiendo a las personas contra los ataques a sus derechos y a su vida, y estamos librando una feroz lucha para que las personas se zafen de los necios modos de pensar y de actuar en que están envueltas, ganándolas para que se conviertan en emancipadores revolucionarios de la humanidad.

Y tú tienes que empezar a participar ahora, para que esta oportunidad poco común para la revolución no se desperdicie, no se despilfarre — y para que, en cambio, exista una verdadera oportunidad de abrirse paso y crear una alternativa verdaderamente emancipadora a este terrible mundo en que ahora estamos obligados a vivir, y al futuro aún peor que se cierne ante nosotros, bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo.

Lo que sigue: Voy a abordar directamente la forma en que podríamos ganar: la forma en que una revolución con la participación de millones de personas en concreto podría derrotar y desmantelar las instituciones que ahora imponen con la violencia este sistema opresivo.

Pero concluiré este mensaje con lo siguiente:

Especialmente en un momento como el actual — un momento en que cosas importantes están en el aire en el mundo, con efecto a todo el futuro de la humanidad… cuando esos explotadores y opresores de pesos pesados que gobiernan sobre nosotros en Estados Unidos están encarnizadamente divididos entre sí y son cada vez más incapaces de mantener la articulación de las cosas como clase dominante “unificada”… cuando existe no sólo una necesidad urgente sino una verdadera posibilidad de aprovechar esta situación para derrocarlos por completo — si NO estás conectándote con los revcom (comunistas revolucionarios) que están trabajando a diario por esta revolución, si no eres parte del trabajo para hacer nacer esta revolución, pues, ¿¡qué carajos estás haciendo!?

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Ocho
Una revolución podría ocurrir: aquí mismo, en estos tiempos
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En los mensajes anteriores he puesto en claro por qué necesitamos una revolución — por qué no es posible reformar este sistema del capitalismo imperialismo: Este es un sistema que funciona, y solamente puede funcionar, explotando cruelmente y oprimiendo asesinamente a las masas de personas, en Estados Unidos y por todo el mundo — un sistema que representa un peligro cada vez mayor para el futuro e incluso para la misma existencia de la humanidad, mediante su destrucción acelerada del medio ambiente y sus guerras interminables que ahora amenazan con convertirse en una guerra total entre potencias con armamento nuclear que podría aniquilar a la humanidad.

Así que ahora, voy a abordar por qué la revolución que se necesita con urgencia es realmente posible.

Muchas personas, si es que llegan a pensar de la revolución, dirán que lo que estoy abordando es imposible (o simplemente una locura).

Algunas personas dicen esto porque “valoran” este sistema y no quieren ver un cambio fundamental.

Algunas personas lo dicen porque temen a la revolución.

Y algunas personas estarían encantadas de deshacerse de todo el sufrimiento terrible e innecesario el que este sistema causa en realidad — pero simplemente creen que la revolución de la que hablo nunca podría ocurrir. 

Pues la verdad es: podría ocurrir — y no sólo en un lugar y un tiempo lejanos sino aquí mismo y en estos mismos tiempos en que estamos viviendo.

La razón básica por la que esta revolución es posible ahora se debe a que aquellos que han gobernado en Estados Unidos durante tanto tiempo están amarga y profundamente divididos entre sí, mientras se está desgarrando el país en su conjunto debido a las divisiones que ya no se pueden tapar, y ya no es posible mantener la articulación de las cosas de la manera en que han estado articuladas durante generaciones.

Es muy probable que todo llegue a un desenlace y todo esté en el aire en el presente año, 2024, siendo las elecciones presidenciales de este año un eje agudo de las riñas entre los dos partidos de la clase dominante imperantes —los demócratas y los republicanos— una lucha que muy probablemente se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha el funcionamiento de todo su sistema mortífero.

Una profunda división de este tipo —y especialmente este antagonismo amargo entre los de arriba— no se ha visto en Estados Unidos desde la época de la Guerra Civil en los años 1860.

Éste no es un momento de tomar partido con un grupo de opresores u otro. Este es un momento poco común —una oportunidad muy poco común — una oportunidad que quizá ocurra únicamente una vez en la vida— una oportunidad de aprovechar las profundas divisiones entre los opresores gobernantes y hacer frente al sistema entero de ellos, con el fin de hacerlo caer todo, y erigir algo mucho mejor en su lugar.

Es importante no despilfarrar —desperdiciar, desaprovechar— este momento poco común. Es necesario aprovecharlo activa y urgentemente — a fin de gestar una revolución verdaderamente emancipadora.

Dado que es muy probable que pronto todo se aproxime a un desenlace y que todo esté en el aire, no debemos dejar el desenlace de este momento poco común en manos de los ejecutores brutales de este sistema, de un bando u otro — ni en manos de ninguna fuerza que no pueda, o no quiera, ver más allá y dirigir al pueblo más allá de los confines de un sistema opresivo, de una forma u otra. Es necesario tener —y es posible tener— una fuerza organizada de miles de personas, posicionada para dirigir a millones, para llevar esto hacia donde tiene que llegar — a una revolución emancipadora real.

Con semejante fuerza revolucionaria organizada, es posible ejercer un impacto creciente sobre toda la sociedad, que cambie los términos de la manera en que las masas de personas ven las cosas, y la manera en que todas las instituciones tienen que responder.

Con miles organizados en las filas de la revolución, es posible ganarse a millones hacia la revolución, y al ganarse a millones hacia la revolución, podría haber una verdadera posibilidad de que esta revolución triunfe.

Demasiadas personas dicen: “Sí pues, se dan muchas cosas terribles en el mundo, pero yo no puedo hacer nada al respecto”. Pues, no, “tú” no puedes: Tú, solito, como un individuo, que eres impotente como para hacer algo al respecto — pero, como parte de una fuerza más grande de masas de personas, sí que puedes formar una parte importante de hacer algo verdaderamente importante, algo verdaderamente histórico para cambiar todo esto — y por eso necesitas formar parte de los miles a los cuales nosotros los revcom (comunistas revolucionarios) estamos trabajando para organizar ahora, para que estos miles puedan activar a millones para esta revolución en este momento crucial en el que estamos viviendo.

Por eso es necesario que todo se centre ahora, y se esté centrando ahora, en concretamente activar y organizar a esta fuerza revolucionaria.

Por lo que próximamente, voy a explicar más sobre cómo podría ser posible aprovechar este momento poco común para hacer esta revolución.

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Siete
“Por qué Estados Unidos está respaldando… la matanza genocida israelí del pueblo palestino”
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Les habla Bob Avakian (BA) para compartir otras verdades sobre lo que está pasando con Palestina: por qué Estados Unidos está respaldando y avalando la matanza genocida israelí del pueblo palestino, cómo esto muestra una vez más la naturaleza salvaje de este sistema del capitalismo imperialismo, y la verdad de que únicamente una revolución real puede poner fin a todos estos horrores perpetrados constantemente por los gobernantes de Estados Unidos y el sistema al cual ellos sirven e imponen.

Frente a todas las mentiras, es crucial seguir volviendo a esta realidad básica y esencial: Toditita la clase dominante de Estados Unidos, y todos sus políticos importantes, tanto demócratas como republicanos, están apoyando plenamente un estado tipo apartheid, Israel, que comete una matanza genocida de los palestinos a ojos del mundo entero.

Y, para aquellos de ustedes que creen que los políticos simplemente actúen en beneficio de sus propios intereses personales estrechos, examínenlo más a fondo — piensen en lo siguiente: Biden no solamente ha sido durante mucho tiempo un patrocinador fanático de Israel, con sus terribles crímenes contra la humanidad, sino que ahora Biden apoya plenamente el genocidio que Israel está cometiendo, a pesar de que es probable que por tanto pierda los votos de muchas personas que con toda razón se indignan por este genocidio, y esto podría terminar costándole las elecciones. (Y no se engañen con el teatro que hace Biden de decirle a Israel que ejerza más moderación en la matanza de civiles — Biden ha continuado suministrándole ayuda militar y dándole “encubrimiento político y diplomático”, mientras se amontonan decenas de miles de cadáveres de civiles palestinos masacrados por Israel.)

¿Por qué Biden, y básicamente el gobierno entero y la clase dominante entera de Estados Unidos, apoyan a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino, a los ojos del mundo entero? La respuesta a esta pregunta crucial es lo siguiente:

No se debe al “poder del cabildo judío” — ni a que, según alguna noción ignorante, ridícula e indignante, “los judíos lo controlan todo”. Se debe al “papel especial” de Israel como un bastión fuertemente armado de apoyo para el imperialismo estadounidense en una región estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la comisión de atrocidades que han contribuido al mantenimiento de la dominación opresiva del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo.

(Eso es de mi declaración, Algunas verdades básicas sobre la guerra israelí contra Palestina con el apoyo estadounidense, que se encuentra en revcom.us.)

¡Es el sistema! El sistema del capitalismo imperialismo al cual Biden sirve. El sistema al cual él tiene que servir — el sistema al cual toda persona y cualquier persona tiene que servir si quiere ocupar un cargo, y especialmente un “cargo alto”, como la presidencia, dentro de este sistema. Por eso Biden hace lo que hace —lo que hacen todos estos políticos— por encima y más allá de sus intereses personales más estrechos.

¡Es el sistema! Este sistema del capitalismo imperialismo que encarna e impone la supremacía blanca, la supremacía masculina patriarcal y otras opresiones brutales — este sistema que se basa en la explotación despiadada roba-vidas de las masas de personas en Estados Unidos y de literalmente miles de millones de personas por todo el mundo, incluidos más de 150 millones de niños — todo eso que se impone con una masiva violencia y destrucción, de personas y del medio ambiente, lo que representa una amenaza muy real al futuro y a la existencia de la humanidad.

Este sistema al cual hay que derrocar a la mayor brevedad posible, por medio de una revolución real.

Próximamente, abordaré directamente por qué esta revolución es posible, en estos momentos, y lo que tenemos que estar haciendo, ahora mismo, para que se dé una verdadera oportunidad de que triunfe esta revolución.

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Seis 
En respuesta a los argumentos… que tratan de “justificar” la matanza genocida de los palestinos
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Les habla Bob Avakian (BA) de nuevo, directo y sin rodeos con la verdad sobre lo que está pasando en Palestina y en respuesta a los argumentos —las mentiras y tergiversaciones— que tratan de “justificar” la matanza genocida de los palestinos perpetrada por Israel con apoyo total de Estados Unidos.

Una y otra vez, oímos a los portavoces mediáticos de este sistema (y otros) justificar las acciones genocidas de Israel señalando el ataque contra Israel de parte de la fuerza armada palestina Hamas el 7 de octubre de 2023, cuando Hamas mató a grandes números de civiles israelíes, incluidos niños, y cometió otras atrocidades y tomó de rehén a cientos de israelíes.

Pero los acontecimientos cruciales no se iniciaron el 7 de octubre de 2023. Al establecer el estado de Israel en 1948, las fuerzas israelíes destruyeron sistemáticamente cientos de aldeas palestinas, asesinando a miles de palestinos, violando a muchísimas mujeres, expulsando a cientos de miles de sus hogares. Y desde aquel entonces, Israel ha oprimido asesina y repetidamente al pueblo palestino, con masacres repetidas con los actos más depravados. Así que, si bien Hamas no es una fuerza para la liberación, y sus acciones el 7 de octubre sí incluían crímenes de guerra, para nada alcanza la misma escala de lo que Israel le ha hecho al pueblo palestino durante generaciones, antes del 7 de octubre — y para nada se compara con la masacre genocida de los palestinos que Israel está cometiendo ahora.

Como he señalado anteriormente, respecto a los horrores a los que Hitler y los nazis sometieron a los judíos, y la manera en que la situación actual es muy diferente: 

Ya no son los años 1930 y la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis infligieron atrocidades horrorosas y genocidio en masa contra el pueblo judío. La situación actual es lo opuesto.

No se trata de una situación en que los palestinos acorralen a judíos indefensos en campos de concentración y los sometan al genocidio.

Israel es una potencia militar con armas nucleares, fuertemente avalado y abastecido por la potencia imperialista dominante en el mundo, Estados Unidos; y en su relación con el pueblo palestino, Israel es la nación dominante que durante generaciones ha impuesto una opresión tipo apartheid sobre los palestinos. 

(Eso es de mi declaración, Algunas verdades básicas sobre Israel y Palestina, que se encuentra en revcom.us)

Otro pretexto el que propagan Israel y sus seguidores para “justificar” su matanza en masa de los palestinos es: “Hamas está escondiéndose en la población palestina en Gaza, así que Israel no tiene otra opción salvo matar a civiles en su persecución a Hamas”.

Otra vez, pura paja. El hecho es que Israel está atacando a Gaza con bombas masivas de 2 mil libros (900 kilos) que sin duda van a matar a enormes cantidades de civiles, no solamente a los combatientes de Hamas. Más de 2 millones de palestinos están apiñados en el muy pequeño territorio de Gaza, confinados ahí bajo el control israelí, así que ¿a poco se sorprende que Hamas “se revuelva” con la población palestina más amplia? Qué hipocresía más repugnante el que Israel se queje de que Hamas se encuentre revuelto en la población general en Gaza y que lo pretexte para masacrar a civiles palestinos.

“Pues ¿qué debería hacer Israel, dejar pasar este ataque de Hamas sin respuesta, lo que le animaría a seguir atacando? ¿Y qué del derecho de Israel a defenderse?” Eso es otro argumento que dan Israel y sus partidarios.

La verdad es que Israel, como Sudáfrica con el apartheid antes de Israel, es un estado ilegítimo —y como tal, no tiene ningún derecho legítimo de “defenderse”— y su supuesta “defensa propia” ha abarcado repetidamente la matanza deliberada de civiles, entre ellos grandes cantidades de niños.

¿Qué debería hacer Israel? Israel “debería” dejar de oprimir brutalmente al pueblo palestino. Pero Israel, siendo un estado racista, supremacista-judío (sionista), no puede hacer eso: no puede porque la opresión asesina del pueblo palestino se ha integrado en el estado de Israel desde su fundación, e Israel no podría existir sin oprimir brutalmente al pueblo palestino.

Y, ya que Israel no puede dejar de oprimir brutalmente al pueblo palestino, Israel —como un estado sionista racista— tiene que dejar de existir.

La verdadera pregunta es ¿cuál es la forma legítima para luchar contra el estado de Israel y cuál es una solución justa a todo esto?

La respuesta definitivamente no es “matar a todos los judíos en Israel” o “empujarlos al mar”. La respuesta es abolir el estado de Israel, y en su lugar crear un estado revolucionario en que el gobierno y las leyes no promuevan ninguna religión y no favorezcan a ningún pueblo más que otro, sino en que haya igualdad entre judíos y palestinos.

La respuesta definitivamente tampoco es la “solución de dos estados” promovida por la administración Biden. Semejante “solución de dos estados” en realidad equivaldría a nada menos que un poderoso estado de Israel que continuaría ocupando las tierras robadas al pueblo palestino, mientras el supuesto “estado palestino” creado mediante esta “solución” sería una burla amarga, un estado títere — meramente un mosaico de minúsculos territorios separados, cercados y dominados por Israel, en que el pueblo palestino todavía estaría sometido a una terrible opresión y privaciones. 

La respuesta es que hace falta librar la lucha contra el estado de Israel sobre una base revolucionaria, con el objetivo de poner fin a toda relación opresiva y toda desigualdad entre las personas que se base en la raza y la nacionalidad, el sexo y el género, y toda relación en la que una parte de la sociedad explote a otras. Y lo que se necesita con urgencia es que surja una fuerza revolucionaria para dirigir la lucha sobre esa base.

Próximamente, seguiré abordando el genocidio israelí contra el pueblo palestino, y especialmente el papel de Estados Unidos en todo esto — y cómo esta situación realza agudamente la necesidad de una revolución para derrocar y abolir este sistema por completo.

De ahí voy a tratar directamente cómo podríamos hacer esta revolución concretamente —aquí mero en este país imperialista más poderoso, Estados Unidos— en este tiempo mero. 

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Cinco 
Israel y Palestina: Qué terrible giro irónico de la historia”
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Les habla Bob Avakian (BA) de nuevo, para seguir abordando las grandes cosas que están ocurriendo en el mundo y cómo esto muestra que se necesita con urgencia una revolución real. Hablando sobre lo que está pasando con Palestina ahora.

Lo que está pasando con Palestina arroja una poderosa luz sobre lo que son este sistema asesino del capitalismo imperialismo y aquellos que lo gobiernan, y por qué todo su sistema tiene que largarse.

La clase dominante estadounidense lleva décadas respaldando la opresión tipo apartheid israelí del pueblo palestino, y esta clase dominante estadounidense ahora está apoyando la matanza genocida de los palestinos por parte de Israel.

Qué terrible giro irónico de la historia: durante siglos los judíos estuvieron sometidos a atrocidades horrorosas, lo que alcanzó sus dimensiones más terribles en el Holocausto, cuando los nazis asesinaron a millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial; pero después Israel fue fundado y ha sido mantenido como un estado sionista (supremacista judío) ¡sobre la base de la opresión sangrienta del pueblo palestino! Por eso he hecho la declaración provocadora pero profundamente cierta: después del Holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel.

El genocidio es la matanza deliberada de un pueblo, en total o en parte — y eso es exactamente lo que Israel le está haciendo a los palestinos ante los ojos del mundo entero en este momento.

El apartheid es un sistema que trata abiertamente a un pueblo entero como inferior, como si no mereciera los mismos derechos que el pueblo dominante y supuestamente “superior” — un sistema que a la fuerza segrega y confina al pueblo subyugado en condiciones de pobreza y privaciones, y lo somete continuamente a una represión violenta.

El apartheid es el sistema supremacista-blanco al cual estuvo sometido el pueblo africano autóctono en Sudáfrica durante generaciones, hasta inicios de los años 1990. 

El apartheid es el sistema supremacista-judío que Israel ha impuesto al pueblo palestino, desde la fundación de Israel en 1948 hasta la fecha.

El apartheid también se parece en muchos aspectos al sistema en el propio Estados Unidos, durante los 100 años después de la Guerra Civil, especial pero no solamente en el Sur de Estados Unidos: la imposición de la opresión racial, consagrada en las leyes — con la segregación y la discriminación sistemáticas contra el pueblo negro, con el respaldo del terror oficial y los linchamientos a manos del Ku Klux Klan.

Por tanto, no sorprende que la clase dominante estadounidense haya apoyado al régimen del apartheid en Sudáfrica durante casi todo el tiempo que era el sistema gobernante en Sudáfrica, y ahora Estados Unidos siga apoyando al estado de apartheid de Israel.

También no fue accidente que, durante los años en que el apartheid era el sistema gobernante en Sudáfrica, Israel era un aliado muy estrecho de Sudáfrica. Israel proveía armamentos y otras formas de apoyo al régimen de apartheid de Sudáfrica para su supresión brutal al pueblo africano en ese país. Los líderes israelíes elogiaban abiertamente al régimen de apartheid sudafricano y lo celebraba como un modelo para el trato israelí al pueblo palestino. (Si no me cree, o quiere saber más al respecto, vaya al sitio web revcom.us y vea el quiz sobre Israel, en particular la Segunda parte de ese quiz: “Comparaciones entre Israel y Sudáfrica bajo el apartheid”.)

El apartheid se ha terminado en Sudáfrica, pero Israel continúa su opresión tipo apartheid contra el pueblo palestino — y ahora está cometiendo una matanza genocida contra los palestinos, con el apoyo total de la clase dominante estadounidense. (Y ahora el gobierno de Sudáfrica, que ya no se basa en el apartheid, ha presentado un caso ante la Corte Mundial de las Naciones Unidas que acusa con mucha razón a Israel de genocidio contra el pueblo palestino.)

Yo sé que algunos de ustedes quizá estén pensando: “Todos estos horrores siempre ocurrirán, y no hay nada que nadie pueda hacer que lo cambie de verdad”. Pero eso de plano no es cierto, y voy a explicar por qué y cómo sí podemos cambiar esta situación en un sentido fundamental — por medio de una revolución real. Una importante parte de poder hacer esta revolución es entender lo que en realidad está pasando y por qué, especialmente cuando cosas muy grandes están pasando en el mundo, lo que esto muestra sobre la naturaleza del sistema que enfrentamos y cómo poner manos a la obra para derrotarlo. Lo que está ocurriendo ahora con el genocidio israelí contra el pueblo palestino avalado por Estados Unidos es una de esas cosas grandes que encierran lecciones crucialmente importantes. Así que voy a abordar este tema un poco más — y volveré pronto con otras verdades importantes al respecto.

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Cuatro 
“… ¿Por qué debería preocuparme por cosas como Palestina? Aquí mismo ya tenemos suficientes problemas”.
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Les vuelve a hablar Bob Avakian (BA) para adentrarse aún más en la revolución que necesitamos.

En mensajes anteriores (especialmente los números Dos y Tres), he arrojado luz sobre algunos, pero sólo algunos, de los monstruosos crímenes perpetrados por la clase dominante de Estados Unidos. Y vean lo que el gobierno de Estados Unidos, Biden-los demócratas, la clase dominante entera le están haciendo ahora mismo a Palestina: respaldar y ayudar a Israel a llevar a cabo la masacre de decenas de miles de palestinos, incluidos enormes números de niños.

Sé que algunas personas dicen: ¿por qué debería preocuparme cosas como Palestina? Aquí mismo ya tenemos suficientes problemas que debemos abordar”.

En primer lugar deberías preocuparte porque eres un ser humano. Y la realidad es que las cosas nunca se arreglarán —y las masas de personas nunca saldrán del infierno en el que se encuentranmientras este sistema del capitalismo imperialismo siga gobernando a la gente en Estados Unidos y dominando al mundo.

El problema para la gente en todas partes es ESTE SISTEMA. Este sistema del capitalismo imperialismo que es el impulso detrás de la matanza de personas en Palestina es el mismo sistema que está causando tanta miseria para las masas de personas en Estados Unidos. Quita derechos básicos, trata a grupos enteros de personas como “de segunda clase” y menos que humanos. Mantiene a muchos en condiciones desesperadas y causa que muchos recurran a actos desesperados. Envenena la mente de las personas con la pútrida cultura y los “valores” depravados de este sistema: “hazlo por el yo y al diablo con los demás”… “consigue lo que quieres como puedas”… “Persigue tus sueños”, mientras caminas sonámbulo por la verdadera pesadilla. Distraer y desmoralizar a la gente con callejones sin salida y objetivos asfixiantes. Aterrorizar a la gente con brutalidad y asesinatos por parte de la policía, y encarcelar en masa a personas a las que ya se les niega una vida digna. Todo ello mientras este mismo sistema le roba a la gente en Estados Unidos y en todas partes de un futuro en el que valga la pena vivir, o de plano cualquier futuro, con la destrucción acelerada del medio ambiente y las guerras que amenazan con convertirse en un conflicto total entre potencias con armas nucleares que podrían aniquilar a la humanidad.

Por todo esto, a ti, a toda persona decente, debería importarles —y deberían actuar para hacer algo al respecto— como para hacer lo que más tiene sentido que se podría hacer: ser parte de la revolución para poner fin a este sistema, y a toda la miseria que impone a la gente en todas partes.

Así que seguiré volviendo para hablar más sobre Palestina y la relación de ello con este sistema entero, y a la necesidad de una revolución para derrocar este sistema lo antes posible.

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Tres 
A aquellos de ustedes que no temen a la verdad... Bob Avakian vuelve a abordar más a fondo por qué necesitamos una revolución
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Les habla Bob Avakian (BA) de nuevo para seguir adentrándose en por qué necesitamos una revolución.

Además de todos los horrores que ocurren continuamente en Estados Unidos, este es un mundo en que, sobre todo en los países más pobres, más de 150 millones de niños sufren una explotación brutal —obligados a trabajar horas largas y duras en condiciones parecidas a la esclavitud— en minas, maquiladoras y granjas, para crear la riqueza que va a parar a corporaciones y otros capitalistas de gran escala en Estados Unidos y otros países ricos. Un mundo en que durante generaciones, millones de niños han muerto cada año de hambre y enfermedades que podrían prevenirse — algo que es completamente innecesario y no sucedería si no fuera por la forma en que el sistema del capitalismo imperialismo, y Estados Unidos sobre todo, domina el mundo, y obliga a tantas personas a vivir y morir en condiciones horrorosas.

Y se tiene la violencia injusta y masiva perpetrada por el imperialismo estadounidense por todo el mundo.

Nada más desde la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas armadas y los “organismos de inteligencia” de Estados Unidos han llevado a cabo invasiones y bombardeos masivos, golpes de estado, asesinatos y otros actos de violencia depravada — con la matanza de millones de civiles en Corea, Vietnam, Indonesia, Irak, Afganistán y muchos otros países, en que la extensa destrucción obliga a millones más a abandonar sus hogares y sus países de origen.

Esto se suma al bombardeo atómico por parte de Estados Unidos a dos ciudades japonesas al fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, que incineró instantáneamente a cientos de miles de civiles japoneses y sometió a muchos otros a una muerte lenta y agonizante por los efectos de la radiación.

Todo ello para que Estados Unidos pudiera ser el “Número Uno” — el opresor imperialista número uno, el número uno en saquear y destruir gente y el medio ambiente.

Estados Unidos es un país en el que una mujer es agredida-golpeada cada 9 segundos. Es un país en que cada año grandes cantidades de mujeres son objeto de violaciones y agresiones sexuales; un país donde se ha arrebatado a las mujeres el derecho al aborto, se ha impuesto un control supremacista masculino sobre sus cuerpos y su ser mismo, en un sentido muy concreto una forma de esclavización femenina. Este es un país en que las personas LGBT son objeto de discriminación, persecución, intimidación, vilipendio y abusos, brutalización y asesinato directo.

Este es un sistema —el sistema del capitalismo imperialismo— en que más de 40 millones de mujeres están esclavizadas en el tráfico sexual internacional y en la llamada “industria del sexo”; en que, sobre todo en los países más pobres dominados por potencias imperialistas, cientos de millones de mujeres sufren una explotación cruel como parte clave de las “cadenas de suministro” de la economía mundial y del sistema imperialista capitalista general, en que Estados Unidos ha sido durante décadas la potencia dominante.

Y ahora mismo, ante todo el mundo —con el apoyo de la clase dominante entera de Estados Unidos, y de importantes políticos suyos tanto en el partido Demócrata como en el Republicano—, Estados Unidos da apoyo total y facilita el genocidio que Israel lleva a cabo contra el pueblo palestino, con el asesinato de decenas de miles de palestinos, en su gran mayoría niños, mujeres y otras personas que no forman parte de ninguna fuerza armada que se opone a Israel, pero que son víctimas completamente vulnerables a la masacre israelí masiva en curso.

Todo lo que los gobernantes de Estados Unidos han hecho, y hacen ahora mismo, lo hacen en nombre de su llamada “gran democracia estadounidense”. Pero hemos visto lo que es en realidad esta “gran democracia estadounidense”. Una vez que lo ves, ¿cómo puedes permitirte creer que algo bueno puede surgir de aceptar todo eso? ¿Y por qué una persona decente quisiera ser parte de eso?

A aquellos que dicen que no necesitamos una revolución, permítanme decirles lo siguiente: ¿durante cuánto tiempo podremos permitir que ellos sigan haciendo lo que hacen a la gente en Estados Unidos, a la gente por todo el mundo? ¿Por cuánto tiempo? ¿Por qué deberíamos soportar eso, cuando podría haber un mundo completamente distinto, mucho mejor?

Por eso llamo a todos aquellos que se preocupen por la justicia; a todos aquellos que no teman reconocer la repugnante verdad sobre Estados Unidos y este sistema; a todos aquellos que ya no pueden aguantar este mundo tal como está; a todos aquellos que con razón odien el hecho de que tantas personas en Estados Unidos, y por todo el mundo, reciban un trato como menos que humanas; a todos aquellos que se angustien seriamente sobre lo que nos depara el futuro, o si siquiera tendremos algún futuro en absoluto; a todos aquellos que alguna vez hayan pensado, esperado o soñado con un mundo mejor — y sí, a todos aquellos que digan: “Sólo tengo que pensar en mí mismo y ocuparme de mí mismo, pues de todos modos no hay nada que yo pueda hacer al respecto”: Les llamo a todos ustedes a salir del fango, a elevar su vista hacia la posibilidad de un mundo mucho mejor y a unirse a esta revolución para hacerla realidad.

Volveré pronto — para adentrarme aún más en la revolución que necesitamos.

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Dos 
Les habla de nuevo — abordando más a fondo por qué necesitamos una revolución... Empezando con la gran pregunta: ¿Cuándo ha sido Estados Unidos un “país con grandeza”?
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Les vuelve a hablar Bob Avakian (BA) — adentrándose más en por qué necesitamos una revolución.

Comencemos con una gran pregunta: ¿cuándo ha sido Estados Unidos un “país con grandeza”?

La respuesta: NUNCA.

Para algunas personas quizá no esté de su agrado que yo lo diga — se sienten heridas por esta verdad. Así que veamos la realidad.

Esta “República” a la que se supone debemos jurar lealtad se fundó sobre la esclavitud y robo genocida: mantener a millones de negros encadenados durante generaciones… matar a enormes cantidades de indígenas y robar sus tierras… librar una guerra que se robó la mitad de México, con gran expansión de la esclavitud.

Así que, ¿Estados Unidos tuvo grandeza durante todos esos años —cuando millones estaban esclavizados— propiedad de chupasangres que constantemente azotaban a los esclavos para hacerlos trabajar más duro bajo horrorosas condiciones, y los dueños de esclavos violaban a masas de mujeres esclavizadas? ¿Estados Unidos tenía grandeza entonces?

¿Tuvo grandeza cuando, durante generaciones después de que se puso fin a la esclavitud, los negros en su conjunto fueron segregados, objeto de discriminación y terror continuo, con repetidas masacres de negros y el linchamiento de miles? ¿Tuvo grandeza cuando durante todos esos años, las personas LGBT eran “ilegales”, cuando las mujeres eran tratadas por ley como inferiores a los hombres — y por ley los hombres podían violar a sus esposas? ¡¿Estados Unidos tenía grandeza entonces?!

¿O tiene grandeza, ahora, cuando a diario la gente está privada de derechos básicos? Cuando la policía mata a mil personas cada año, especialmente gente de color, y en los 60 años desde que se aprobaron las Leyes de Derechos Civiles, la segregación y discriminación siguen siendo tan malas, o peores, como nunca jamás, y la policía ha asesinado a miles de negros — ¡un número aún más grande que todos los que fueron linchados durante todos los años de terror del Ku Klux Klan después de la Guerra Civil!

¿Estados Unidos ha tenido grandeza alguna vez, cuando, desde el principio y al día de hoy, todo se ha construido literalmente sobre los cuerpos destrozados, la sangre y los huesos, de millones y ahora miles de millones de personas, por todo el mundo —a que el sistema explota y utiliza cruelmente, y abusa de ellas— con el respaldo de asesinatos a escala masiva que cometen la policía y las fuerzas armadas de Estados Unidos?

No. Estados Unidos nunca ha tenido grandeza. Siempre ha sido un horror para las masas de personas.

Y si no saben que todo esto es cierto, pues no saben lo que necesitan saber — y la razón más grande por la que no lo saben es porque los de arriba no quieren que lo sepan, y en cambio quieren que ustedes se envuelvan en creer la mentira de que, como les dicen constantemente, Estados Unidos es el país con más grandeza en el mundo y su sistema es el sistema con más grandeza que jamás haya existido.

En adelante, volveré para seguir sobre el sistema podrido que gobierna en Estados Unidos y domina el mundo — el sistema del capitalismo imperialismo, y además la revolución que necesitamos para barrer este sistema de la faz de la tierra.

@BobAvakianOfficial

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REVOLUCIÓN Número Uno 
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Les habla Bob Avakian (BA), líder revolucionario, detallando una forma completamente nueva, un marco completamente nuevo para la emancipación humana: el nuevo comunismo. Les hablo en directo, con la verdad que los de arriba no quieren que conozcan, la verdad que necesitan conocer, la verdad sobre la revolución que necesitamos: por qué es necesaria; por qué y cómo es posible en realidad y qué es. Debido a que: si no entienden por qué necesitamos una revolución y cómo esa revolución podría ser posible, pues no saben lo que necesitan saber.

No me refiero a alguna supuesta “revolución” que deje en el poder a este sistema del capitalismo-imperialismo, aplastando vidas y matando espíritus a escala masiva.

No se trata simplemente de cambiar los rostros de los opresores que gobiernan este sistema mata-gente, destruye-medio-ambiente y amenazador-de-una-guerra-nuclear que representa un peligro creciente para la existencia misma de los seres humanos en todas partes.

Y no me refiero a lo que pasa ahora, donde algunos prosperan y unos pocos consiguen mucha plata y se convierten en parte del “negocio” de explotar gente, mientras que masas de personas siguen mantenidas abajo, objeto de explotación, abusos y desprecio.

Me refiero a una revolución real, una revolución para derrocar en concreto este sistema bajo el que ahora estamos obligados a vivir, y crear algo mucho mejor, una forma completamente diferente de vivir y de relacionarnos unos con otros, un sistema completamente diferente, que trabaje para satisfacer las necesidades fundamentales de las masas de personas, y sirva a sus intereses más elevados de poner fin a toda opresión y explotación en todo el mundo. Una revolución y una sociedad radicalmente nueva que de veras sea liberadora y edificante.

Y me refiero a una revolución real en estos tiempos, no en un tiempo muy lejano.

“Pero”, se dice, “esto nunca podría pasar en realidad — nunca podríamos ganar en realidad”. Sí que podríamos hacerlo — y voy a explicar la manera de hacerlo, a medida que sigo.

Voy a explicar todo esto y hacer que cobre vida, en una serie de mensajes que recibirán, para que todos puedan entenderlo. Voy a quitar el camuflaje que tapa la realidad brutal de esta llamada “gran democracia” y “gran sistema” bajo el cual ahora estamos obligados a vivir y voy a abordar el hecho de que las personas tienen que dejar las tonterías en que están metidas y conectarse con esta revolución — ahora.

Y para todos los presuntuosos y vividores “woke” (concienciados) por allá: ni se molesten con esas tonterías de “quién es usted” para decir todo ello. Les diré quién soy: tengo seriedad de corazón y alma, sin transigir, por una revolución en que la gente pueda llegar a estar completamente libre, tengo una comprensión científica de la necesidad, y la posibilidad, de esta revolución. Por serio que esto sea, no tengo tiempo, y no tenemos tiempo, para toda esta mezquina basura menos que inútil sobre quién tiene derecho a decir esto o aquello. Todos tienen el derecho, y la responsabilidad, de conocer la verdad y de decir la verdad, especialmente sobre cuestiones verdaderamente de vida o muerte, que abordan la situación entera y todo el futuro de la humanidad, y todos tienen el derecho y la responsabilidad de actuar según esa verdad.

Así que, a ustedes que no le teman a la verdad: prepárense para los mensajes que recibirán, con la realidad de lo que pasa en las dimensiones más grandes y profundas y, sobre todo, la realidad de la revolución que necesitamos con urgencia, la revolución que tenemos una verdadera oportunidad de hacer nacer, aquí mismo en Estados Unidos, justo en estos tiempos intensos y trascendentales que vivimos ahora.

@BobAvakianOfficial

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Como dice BA en su primera entrega para las redes sociales, REVOLUCIÓN — NÚMERO UNO:
“...aquellos de ustedes que no temen a la verdad:
prepárense para recibir mensajes…”

Escuchen la verdad que BA está trayendo. Difundan el mensaje en la vida real y en línea.
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@BobAvakianOfficial: BA You Say

 

SE DICE, “UNA REVOLUCIÓN NUNCA PODRÍA PASAR — 
NUNCA PODRÍAMOS GANAR”. 
SÍ QUE PODRÍAMOS HACERLO. 
DESCUBRA CÓMO. 
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@BobAvakianOfficial: BA real revolution

 

“UNA REVOLUCIÓN REAL EN ESTOS TIEMPOS, NO EN UN TIEMPO MUY LEJANO”. 
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