El 5 de diciembre, el Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes celebró una audiencia titulada “Hacer responsables a los líderes universitarios y hacer frente al antisemitismo”. Esta audiencia fue una treta con el propósito de suprimir y silenciar la justa ola de protestas en los campus universitarios contra el genocidio israelí respaldado por Estados Unidos que está ocurriendo ahora mismo contra el pueblo palestino.

Fueron llamadas a declarar ante el comité las presidentas de tres universidades: Claudine Gay de Harvard, Liz Magill de la Universidad de Pensilvania (UPenn) y Sally Kornbluth del MIT [Instituto de Tecnología de Massachusetts]. Después de horas de hostigar a estas rectoras universitarias, una frase de gancho que las hizo quedar mal se volvió viral. Desde ese entonces, Magill de UPenn ha sido obligada a dimitir y se están intensificando los llamados a dimitir contra las otras dos.

El momento viral fue cuando la representante fascista tipo MAGA, (Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza), Elise Stefanik, le preguntó a cada una de las rectoras: “¿Llamar al genocidio de los judíos viola las reglas de Harvard sobre intimidación y hostigamiento?” La Dra. Gay de Harvard respondió que “puede serlo, dependiendo del contexto”. Las otras dos rectoras dieron respuestas similares. Stefanik exigió una respuesta de “sí” o “no” a cada una, pero ellas no aceptaron hacerlo.

Así que, ¿de qué se trata esto? Y, en general, ¿qué es el “antisemitismo” por el que estas rectoras universitarias deben “rendir cuentas”?

Stefanik dejó claro que no estaba preocupada por ningún antisemitismo real, pero insistió repetidamente a las testigas para que aceptaran su caracterización de los lemas populares del movimiento pro palestino como “del río al mar” e “intifada” como llamados a favor del genocidio contra judíos, en Israel y en todo el mundo. ¡Esto está totalmente patas arriba!

“Intifada” significa “sacudirse” en árabe. Popularmente se entiende que es el levantamiento del pueblo palestino contra la limpieza étnica y el genocidio perpetrado por Israel durante décadas.

“Desde el río [Jordán] hasta el mar [Mediterráneo]” es una referencia a las fronteras de Palestina antes del establecimiento del estado judío de Israel en 1948. Los sionistas incondicionales lo utilizan para significar que expulsarán a todos los palestinos de Palestina. Como organización reaccionaria, Hamas lo ha utilizado para significar expulsar a la población judía. Pero para muchas otras personas (de diferentes religiones y nacionalidades) significa que todos los palestinos deberían estar libres en su patria histórica, en la que toda la población actual debería vivir en pie de igualdad, en lugar de ser un estado judío en el que los palestinos sean ciudadanos de segunda clase o no ciudadanos, tal como ocurre hoy.

Lo que Stefanik en realidad decía es que todas y cada una de las protestas contra el estado de Israel son automáticamente antisemitas (odio al pueblo judío). Y que todos y cada uno de los llamados a la liberación palestina son idénticos a un llamado para el genocidio contra el pueblo judío. Esto no es sólo una necedad, es un intento de negar el verdadero genocidio que está teniendo lugar en este momento: el genocidio israelí contra el pueblo palestino respaldado por Estados Unidos. ¡Es un intento de suprimir las justas protestas en contra de esto y de cambiar de maldito tema!

Los demócratas acompañaban mucho a los fascistas en esto. Los demócratas del comité no sólo no dijeron ni una palabra en oposición, sino que algunos incluso se sumaron al ataque. Susan Wild (demócrata por Pensilvania) quería saber por qué se había permitido que se llevara a cabo una protesta pro Palestina en la Universidad de Pensilvania y dijo que la protesta hacía que los estudiantes judíos “se sintieran incómodos”. Kathy Manning (demócrata por Carolina del Norte) quería que los administradores de Harvard combatieran las “falsas acusaciones de que Israel es un estado colono racista de asentamientos”. Después de la audiencia, otros demócratas prominentes se sumaron al ataque, incluida la senadora Kirsten Gillibrand (demócrata por Nueva York), quien salió en el Noticiero Fox para demandar que las tres rectoras universitarias fueran despedidas.

Tres puntos básicos:

1. La realidad que esta audiencia tenía por objetivo suprimir es la realidad de que Israel —con el apoyo total de Estados Unidos— está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino. El ataque de parte de Hamas el 7 de octubre era reaccionario y debería ser condenado. Pero eso ni se acerca a las matanzas y terror a que Israel ha sometido al pueblo palestino durante décadas, con una importante intensificación respectiva en los últimos dos meses — con la matanza de casi 20.000 personas la que se sigue en aumento, y que hace casi imposible que el pueblo palestino pueda sobrevivir.

2. Estar en contra del estado de Israel (antisionismo) NO es estar en contra del pueblo judío (antisemitismo). Como el líder revolucionario y pensador Bob Avakian escribió hace unas semanas:

El judaísmo es una religión, una cultura, y un pueblo que comparte esa cultura.

El sionismo es una doctrina e ideología política supremacista-judío racista. El estado de Israel se fundó sobre la base ideológica del sionismo, y continúa perpetuándolo como la racionalización de su existencia, y de su opresión y destrucción del pueblo palestino.

Además, se tiene la “lógica” perversa de los partidarios sionistas de Israel cuya posición equivale a lo siguiente:

“No lo entiendo. Cuando nosotros los judíos éramos las víctimas del genocidio, la gente decente en todas partes condenaba a aquellos que cometían ese genocidio. Pero ahora, cuando nosotros estamos cometiendo el genocidio contra los palestinos, la gente decente condena a nosotros. Simplemente no lo puedo entender. Ha de tratarse del antisemitismo”.

No —no se trata del antisemitismo— se trata de la oposición consecuente y justa a las atrocidades, sea quien sea que las cometa.

3. Esta audiencia entera tenía como objetivo eliminar el derecho básico a la protesta y suprimir la expresión — en las universidades y en toda la sociedad. Si en realidad la gente estuviera llamando a favor del genocidio contra el pueblo judío en los campus universitarios como un fenómeno generalizado, haría falta que se denunciara y condenara. Habría que investigar por qué sucedía esto y hacerle frente con protestas y debates que defiendan la humanidad del pueblo judío. ¡Pero sería inaceptable expulsar a estas personas de la escuela, expulsarlas de sus empleos o que el estado las atacara! Y la hipocresía total de estos fascistas —que están suprimiendo activamente las conversaciones sobre la humanidad de las personas LGBTQ o la verdadera historia genocida de Estados Unidos— pone al descubierto la realidad de que a estos fascistas les importa un carajo el pueblo judío o la libertad de expresión. Lo que les importa es aplastar cualquier oposición decidida a su agenda más amplia.

Frente a esto, tienen razón y son justas las personas —entre ellas miles de judíos— que se ponen de pie contra Estados Unidos e Israel en su matanza a sangre fría contra el pueblo palestino, y hay que defenderlas. Aquellos cuyo objetivo es detener estas protestas son los mismos que están apoyando activamente un genocidio y hay que oponérseles — en toda la sociedad.

“Estamos con Israel” = ¡Estamos con el genocidio!